El huracán Lane se transformó en tormenta tropical el viernes cerca de Hawai, pero de todas formas arrojó lluvias torrenciales que generaron inundaciones en una ciudad y obligó a la gente a huir.
En la afamada playa Waikiki de la isla Oahu, que estaba cerrada, los nadadores y los surfistas ignoraron las advertencias de las autoridades y se metieron a las poderosas olas.
Las autoridades de emergencia afirmaron repetidas veces a través de altavoces: “¡Por favor salgan del agua! ¡Es muy peligroso!”
El Servicio Nacional de Meteorología declaró que Lane se había transformado en tormenta tropical con vientos de hasta 110 kilómetros por hora a medida que avanzaba hacia el norte rumbo al archipiélago.
Se espera que gire hacia el oeste y no golpeé directamente a las islas, pero de todas formas amenaza con generar intensas lluvias y vientos en todo el estado, afirmó el meteorólogo Gavin Shigesato.
Cuando aún era huracán provocó casi 914 milímetros de lluvia en partes de la Isla Grande, lo que desató deslaves e inundó casas.
En algunas localidades de Isla Grande, la primera impactada y donde aún está en erupción el volcán Kilauea, cayeron 760 mm de lluvia.
El Servicio Geológico de Estados Unidos dijo que el huracán "no debe tener mayor impacto en la erupción", pero advirtió de los gases tóxicos que pueden emanar por el contacto del agua fría en los ríos de lava hirviendo.
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Los efectos de Lane se dejaron sentir con fuertes vientos que golpearon a las islas Maui y Oahu (donde se encuentra Honolulú), que concentran la mayor población.
En varios videos recogidos el jueves por un medio local se observaban carreteras y terrenos inundados en el este de Hawai y los turistas sacaban desde un puente fotografías del agua que se precipitaba de un río a toda velocidad.
Más de 2.000 personas acudieron a los 45 centros de evacuación, indicó Brad Kieserman, vicepresidente de Operación y Logística en Desastres de la Cruz Roja Americana.
"No me sorprendería despertar mañana y tener los centros de evacuación con entre 2.500 y 3.000 personas", señaló, destacando que por la velocidad "la población de la isla está reaccionando acorde a la amenaza de la tormenta".
Ríos-Berríos indicó que con el cambio climático se podría "ver un aumento en la fracción de huracanes que se fortalecen rápidamente y alcanzan intensidad de categoría 3 o más".
"También es posible que veamos un aumento en las marejadas ciclónicas debido al aumento del nivel del mar y también aumento en lluvias torrenciales debido a la presencia de aguas más calientes", añadió.