Tan pronto como Hayden Hatfield comenzó a caminar por el pasillo, sus ojos se fijaron en la niña que tenía las flores.
La novia pensó en su conexión especial: años antes, ella había donado su médula ósea para ayudar a la pequeña a combatir una rara forma de leucemia infantil. Se mantuvieron en contacto a través de cartas, llamadas telefónicas, se intercambiaron juguetes y bisutería… Se habían convertido en familia. Ahora que Hatfield se iba a casar, tener a la niña de tres años a su lado el día de su boda significaba mucho.
"No quería dejar de mirarla", comentó sobre el momento en que vio a Skye Savren-McCormick esperando en el altar de la Iglesia Bautista Shiloh en Hartford (Alabama).
"Saber que ella no solo estaba ahí, sino que formaba parte de este momento tan importante de mi vida, me hizo sentir muy orgullosa. Ellos no saben lo importantes que son para mí", decía sobre Skye y sus padres.
Hatfield, ahora Hayden Ryals, de 26 años, se había registrado como donante de médula ósea en 2015. Casi un año después, recibió una llamada de teléfono en el que se le identificaba que era compatible con un niño anónimo de un año que estaba muy lejos.
"Esa llamada telefónica me dio un propósito", recuerda.
Después de que Skye naciera en 2015, desarrolló petequias (manchas de hematomas), según explicó su padre Todd Savren-McCormick. Los hematomas finalmente desaparecieron, pero luego regresaron y la pequeña seguía poniéndose enferma. Cuatro días antes de su primer cumpleaños, después de meses de citas con el médico, exámenes y preguntas sin respuesta, Skye fue diagnosticada con leucemia mielomonocítica juvenil, una forma rara y agresiva de cáncer en la sangre, de acuerdo a la Sociedad de Leucemia y Linfoma.
Ella necesitaba un trasplante de médula ósea.
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El 28 de julio de 2016, los médicos de Alabama extrajeron parte de la médula ósea de Ryals y, al día siguiente, los médicos de California la transplantaron al torrente sanguíneo de Skye.
Sería un largo camino hacia la recuperación. El padre de la niña, de Ventura (California), dijo que su hija desarrolló una infección bacteriana y le extirparon el bazo debido a complicaciones del cáncer. Luego necesitó un segundo trasplante, lo que fue posible porque Ryals había donado suficiente médula ósea para dos procedimientos.
Después, mientras Skye se estaba recuperando del segundo trasplante de médula ósea, Savren-McCormick recuerda que uno de sus ojos comenzó a hincharse. Los médicos le diagnosticaron una segunda forma de cáncer, la enfermedad linfoproliferativa después del trasplante. Le había atacado al párpado, ambos lados del cuello, el pecho y la columna vertebral.
Ella necesitaba quimioterapia, que eliminó la médula ósea, lo que significaba que necesitaba otro trasplante.
Savren-McCormick dijo que debido a que existen regulaciones sobre las donaciones, regresaron al registro y encontraron otra donante, esta vez, utilizando células madre de sangre periférica en lugar de la médula ósea. "Si Hayden no hubiera donado su médula ósea, nuestra hija no habría podido recibir otra donación", afirmaba el padre.
Pero Ryals dijo que no salvó a la niña. "Siempre ha sido al revés. Ella me ayudó. Ella me salvó… ella es la verdadera heroína", subraya.
Durante el año pasado, las dos familias se mantuvieron en contacto pero nunca se habían visto cara a cara. En marzo, Ryals le envió a Skye un regalo muy especial para su tercer cumpleaños: una muñeca Elsa de la película Frozen, una manta de Trolls y una invitación a su boda.
"Dije que quería que supieran cuánto los amo", manifestó Ryals, que aunque sabía que era una posibilidad remota mencionó lo lindo que sería que Skye le llevara las flores el día de su boda.
El padre de Skye comentó que la niña estaba con oxígeno en ese momento y que estaba luchando contra una complicación derivada de los trasplantes de células madre. Pero, a medida que se acercaba la fecha de la boda, Skye se puso mejor. Y finalmente la pudieron llevar a Hartford (Alabama).
Ryals y Skye se conocieron por primera vez en la iglesia un día antes de la boda. Ryals dijo que cuando entró, se sintió abrumada por la emoción. Caminó hacia Skye y cayó de rodillas.
La mujer indicó que la madre de Skye le preguntó a la pequeña quién era Ryals y ella respondió "Hay-Hay", el apodo que le había puesto a su donante. Luego, ambas se abrazaron.
"Fue como un cuento de hadas", recuerda Ryals. "No podía creer que finalmente iba a conocer a la niña. Fue irreal. Fue mágico", agregó.
El 9 de junio, Skye entró en la capilla, allanó el camino con pétalos de flores, tal y como había estado practicando antes con su padre.
Ryals dijo que todo el mundo estaba llorando de emoción en la iglesia.
"Fue increíble para mí ver cómo ella sola había conmovido tantos corazones de una vez", explicó.
Entonces Ryals caminó por el pasillo para casarse con su novio, Adrian, llevando un ramo cubierto con un medallón de oro con la foto de Skype que tenía un mensaje grabado: "Este corazón late con el tuyo".
"Nunca he podido describir nuestro vínculo. Nunca he sido capaz de explicarlo. Esa fue la descripción más perfecta que había visto", remarcó.
Durante la ceremonia, Skye se sentó en silencio en los escalones del altar, jugando con las hojas de un helecho que tenía al lado y tirando de la cola del vestido.
Ryals dijo que tiene la sensación de haber conocido de toda la vida a Skye y a sus padres.
El padre de Skye también dijo lo mismo.
"Parece que tenemos una nueva familia en Alabama y nos hace a todos muy felices", apostilló.