Cleveland (EE.UU.), 6 jun (EFE).- La polémica sobre la cancelación, por parte del presidente Donald Trump, de la visita a la Casa Blanca de los Eagles de Filadelfia, campeones del Super Bowl, llegó a las Finales de la NBA, donde LeBron James adelantó que ni los Cavaliers de Cleveland ni los Warriors de Golden State, aceptarán, como ganadores, acudir a la mansión del mandatario.
Mientras la Casa Blanca ha acusado directamente a los Eagles por la decisión que tomó Trump al quererle cambiar el calendario de la visita y además reducir el número de personas que anteriormente habían dicho que iban a acudir, James adelantó la postura de los jugadores de la NBA.
"Sé que no importa el equipo que gane la serie de las Finales, Cavaliers o Warriors, ninguno desea una invitación", destacó James, que ya se mostró muy crítico con Trump cuando también canceló la visita de Golden State a la Casa Blanca como campeón de la NBA 2017.
"Se trata de algo típico de él y mientras se encuentre en la Casa Blanca, estas situaciones van a continuar", expresó James. "Hay muchas cosas en las que nosotros creemos como americanos, que él no las apoya y también hay muchas personas que piensan que no hace nada por darle solución".
James reconoció que no era ninguna sorpresa lo hecho con los Eagles, pero pensaba que era el momento de no permitir que las noticias relacionadas con la decisión de Trump marginase todo el sacrificio que hicieron los jugadores por conseguir el título de campeones del Super Bowl.
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"Creo que lo más importante y lo que permanece para toda la vida es lo que como deportistas conseguimos en el campo todos los profesionales que competimos en Estados Unidos y ganamos un título de campeones, sin tener en cuenta quien esté en la Casa Blanca, especialmente, si hay alguien como él (Trump)", reiteró James.
Por su parte, el base estrella de los Warriors, Stephen Curry, el pasado 22 de septiembre durante el "día de la prensa" ya había adelantado que esperaba que los campeones pudiesen inspirar "cambios" al no acudir a la Casa Blanca.
Curry y los Warriors si habían acudido a la Casa Blanca cuando ganaron el título en el 2015 y la mansión presidencial la ocupaba el demócrata Barack Obama.
Al día siguiente, Curry dijo que se despertó con la sonrisa de su esposa, Ayesha, quien le reveló el anuncio de Trump en Twitter de que la invitación a los Warriors, de visitar la Casa Blanca, había sido cancelada porque "Stephen Curry está dudando de asistir".
Tras conocer la opinión de James, Curry declaró que estaba completamente de acuerdo con él y también confirmó el rechazo por parte de los Warriors de visitar la Casa Blanca si eran campeones, a la vez que alabó la actitud de los jugadores de los Eagles que decidieron no ir a Washington.
"El año pasado, decidí hablar por mi mismo al no querer ir a la Casa Blanca. Y cada equipo que ha ganado un campeonato desde entonces ha pasado por eso", comentó Curry. "Lo importante de todo este movimiento es que los deportistas hemos tomado conciencia de las cosas que nos afectan y educamos a las personas en la búsqueda de soluciones a las mismas".
El alero Kevin Durant, compañero de Curry, dijo que estaba de acuerdo con él y también con todo lo que había expresado James.
"¿Qué otra cosa esperas que haga Trump?. Cuando alguien dice que no quiere venir a la Casa Blanca, él cancela la invitación para que la sesión de fotos no se vea mal", valoró Durant. "Mantenerse en lo que creemos es bueno para todos y nadie de nosotros, si ganamos, vamos a ir a Washington".
Por su parte, el entrenador de los Warriors, Steve Kerr, quien se ha expresado siempre con rechazo y crítica a todo lo relacionado con la figura y gestión de Trump, además de denunciar la violencia, la brutalidad policial y la discriminación racial, también admitió que no tendría ningún problema que algún jugador de su equipo protestase durante la entonación del himno nacional.
Su argumento fue el mismo de siempre, que la protesta de los jugadores de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) no tiene nada que ver con el respeto al personal militar, que se trata de denunciar otras injusticias sociales.
Sin embargo, Kerr no quiso valorar la política de la NBA, que es categórica entorno al comportamiento de respeto que deben tener todos los jugadores cuando se entona el himno nacional.
El propio comisionado de la NBA, Adam Silver, tras conocer la nueva política de la NFL, que prohíbe arrodillarse a los jugadores, aunque ahora si les concede la opción de quedarse en los vestuarios, dijo que la situación en su liga era diferente.
Explicó que "el 25 por ciento de nuestra liga se compone de jugadores que no son estadounidenses. Por lo tanto, es difícil decir que en el caso de la NBA se trata de patriotismo, cuando una cuarta parte de nuestros jugadores no son estadounidenses".
Sin embargo, Silver reiteró que el momento del himno "lo hemos visto colectivamente como un momento de unidad en nuestros campos de juego, pero también de respeto completo".
La liga ya vivió la polémica del "himno" cuando hace 20 años Mahmoud Abdul-Rauf se negó a defenderlo, lo que ocasionó que la NBA se viera en una grave crisis, por lo que tuvo que negociar con la Asociación de Jugadores para obligar la permanencia de todos los jugadores en el campo durante la interpretación del himno.