LOS ÁNGELES, California.- Para quienes por años han estudiado los movimientos de subsuelo en el sur de California, el temblor de magnitud 5.3 registrado el mediodía del jueves no debe ser tomado sólo como una sacudida de la superficie terrestre, sino también de la conciencia de quienes viven en esta región para estar preparados ante el peligro inminente que se esconde bajo tierra.
Más allá del susto y el nerviosismo que causó en la población, los sismólogos insistieron que este sismo debe ser una advertencia de que la falla de San Andrés puede reventar en cualquier momento y generar un terremoto de proporciones catastróficas, el llamado 'Big One'.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) registró el movimiento a las 12:29 de la tarde con epicentro a 18 millas al sur de la isla Santa Cruz, una de las ocho que conforman el archipiélago de Channel Island, en el océano Pacífico.
Las fallas en altamar donde se produjo el temblor de magnitud 5.3 son parte del sistema geológico que mueve al sur de California en torno a una curva de la falla de San Andrés, escribió en su cuenta de Twitter la doctora Lucy Jones, una de las sismólogas más reconocidas de California.
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El punto donde se originó el temblor se ubica a casi 90 millas (145 kilómetros) al oeste del centro de la ciudad de Los Ángeles. Debido a que se produjo de una falla ubicada a unas 30 millas de la costa (50 kilómetros) y a una profundidad de 6 millas (10 kilómetros), el sismo no causó daños de consideración.
El mayor impacto que tuvo fue una polvareda en las cuatro islas del norte del archipiélago que quedó captada en un par de fotografías que el Departamento de Bomberos de Ventura publicó en redes sociales.
Pero a decir de los expertos, otra historia se estaría contando si el epicentro hubiera sido en tierra firme.
"Un 5.3 podría ser perjudicial si fuera justo debajo de nuestros pies", advirtió John Vidale, director delCentro Sismológico del Sur de California (SCEC).
La magnitud alcanzada por el sismo de este jueves, dijo Vidale, está en el rango de lo que puede ser un terremoto peligroso, por lo que debe ser tomado como un recordatorio de que hay que es estar preparados en el futuro.
Para este sismólogo, el evento de este jueves también sirvió para poner a prueba el sistema de alerta temprana, la cual funcionó de manera exitosa, ya que la alerta sísmica sonó con anticipación, entre 10 y 15 segundos antes de que empezaran a sentir el movimiento.
"Lo suficiente como para que pudiéramos darnos cuenta antes de la sacudida", dijo Vidale, quien se encontraba en el campus de la Universidad del Sur de California (USC), a unas 85 millas (137 kilómetros) del epicentro.
La polvareda
El vuelo del águila
An #earthquake just occurred on our Santa Cruz Island bald eagle camera! Watch dad & his eaglets withstand the natural disaster. pic.twitter.com/b9AQqiZEqP
— explore.org (@exploreorg) April 5, 2018
De acuerdo con los reportes ciudadanos registrados por el USGS, el sismo tuvo influencia al menos en un radio de 160 millas (220 kilómetros), abarcando a los condados de Ventura, Santa Bárbara, Los Ángeles, Orange, San Bernardino, Riverside y San Diego.
Además de los 7 habitantes que de manera oficial hay en las 4 islas del norte del archipiélago (San Miguel, Santa Rosa, Santa Cruz y Anacapa), los residentes de Oxnard, una ciudad costera de las más cercanas al epicentro, a unas 40 millas (65 kilómetros) de distancia, fueron quienes más sintieron el movimiento de tierra.
Pero sin duda quien llamó más la atención por el sobresalto que tuvo fue un águila calva que emprendió el vuelo despavorida y abandonó por algunos segundos a sus tres crías en el nido.
La reacción del ave, que se volvió viral, fue captada por una de las cámaras que transmiten en vivo la nidificación y el comportamiento reproductivo de las águilas calvas en Channel Islands como parte de un programa de estudio y preservación.
De los más fuertes
¡LO ÚLTIMO!, Se reporta sismo de magnitud 5,3 frente a costas de #California, #EEUU pic.twitter.com/dBIVE3rIPh
— Televicentro HN (@televicentrohn) April 5, 2018
El movimiento de tierra fue desatado por una falla al este de la cuenca de la isla Santa Cruz, en una región que los sismólogos identifican como los límites de la falla de San Andrés, aunque no ocasionó daños graves.
A pesar de que el movimiento telúrico se originó en el subsuelo marino, tampoco no representó riesgo de tsunami y las probabilidades de que ocurra uno de mayor magnitud en los próximos días es de 0.05%, según los expertos.
Los últimos temblores de consideración que se han sentido en el área de Los Ángeles se registraron en el 2014, uno en Encino de magnitud 4.4 y otro de 5.1 en La Habra.
De mayor magnitud al del jueves ocurrió en el 2012 y fue de 5.4 en Brawley, en el condado Imperial, según los registros del USGS. Pero tal vez, el que más se ha sentido en Los Ángeles durante los últimos años, a pesar de la distancia, fue el de 7.2 en la frontera de Mexicali en 2010. Desde entonces se ha registrado 14 sismos mayores a magnitud 5 en el sur de California.