MONTGOMERY, Alabama, EE.UU. (AP) — Alabama paró el jueves la ejecución de un reo que alegó que sus venas estaban demasiado dañadas para soportar la inyección letal, porque el personal sanitario consideró que no podrían conectar la línea intravenosa antes de que expirase la sentencia de muerte a medianoche.
El sistema penitenciario detuvo la ejecución alrededor de las 23:30 horas “por precaución” luego de que los sanitarios dijeron que creían que pudiesen obtener “el acceso apropiado a las venas” antes de medianoche, explicó el responsable del servicio de prisiones del estado, Jeff Dunn.
"Fue un problema de tiempo", agregó Dunn. "Yo no calificaría necesariamente lo que nos ocurrió esta noche como un problema (…) La única indicación que tengo es que, en su criterio médico, fue más una cuestión de tiempo dado lo tarde que era”.
Bernard Harcourt, un profesor de Derecho que representa a Hamm, dijo que el estado debería estar "avergonzado".
"Esto es exactamente lo que llevo diciendo desde julio. Desde julio le he dicho al estado de Alabama que Doyle Lee Hamm no tiene las venas adecuadas para una inyección letal”, señaló Harcourt.
La Corte Suprema de Estados Unidos dictaminó a las 21:00 horas del jueves que la ejecución de Hamm podía seguir adelante. Dunn dijo que él fue informado pasadas las 23:00 hora sobre las preocupaciones de que no pudiesen completarse los preparativos antes de medianoche, añadiendo que desconoce durante cuánto tiempo se intentó conectar la vía.
-
Te puede interesar: Trump insulta a policía que no actuó ante masacre de Nikolas Cruz
Hamm fue condenado por el asesinato de Patrick Cunningham, un empleado de un hotel, en 1987. Cunningham recibió un tiro en la cabeza mientras trabajaba en un turno nocturno en un motel de Cullman. La policía informó que robaron 410 dólares durante el incidente. Hamm confesó ante las autoridades y fue sentenciado luego de que dos cómplices testificaron en su contra a cambio de que se les permitiera declararse culpables por delitos menores, de acuerdo con los registros de la corte.
Su abogado dijo que las venas de Hamm quedaron severamente dañadas por cáncer, por hepatitis C y por el consumo de drogas, por lo que había un riesgo muy alto de que la inyección, con grandes cantidades de fármacos letales, provocara que su vena estallara durante la ejecución. Los problemas de salud de su cliente aumentan las posibilidades de ocurra “una fallida, dolorosa y sangrienta ejecución”, agregó.
Hamm fue diagnosticado con linfoma de células B en 2014. Su abogado alegó que existía evidencia de que el cáncer en la sangre se había esparcido, aunque el estado argumentó que Hamm estaba en remisión.
La semana pasada, las autoridades de la prisión estatal informaron a los tribunales que pretendían conectar la sonda a una vena en su cadera, piernas o pies luego de que una revisión médica ordenada por un juez federal encontró que Hamm no tenía venas útiles en las extremidades superiores.