En un tuit este jueves, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, describió a alguien que dispararía a una escuela como un "enfermo salvaje".
En un foro de CNN sobre armas en Parkland, Florida, este miércoles, la portavoz de la NRA Dana Loesch describió al pistolero como "un monstruo loco" que está "chiflado" y fuera de sí. Y en una reunión de la Casa Blanca ayer jueves, el presidente nuevamente usó término "enfermo".
El atacante, Nikolas Cruz, tuvo problemas con la depresión, trastorno por déficit de atención con hiperactividad y autismo, según un informe del Departamento de Niños y Familias de Florida 2016. Pero tener un diagnóstico de salud mental no significa que alguien se vuelva violento, dicen muchos expertos. Y aunque Trump ha dicho que quiere centrarse en la salud mental para detener los tiroteos en las escuelas, llamar a Cruz "enfermo" no ayuda, afirman los expertos.
"Cuando se trata de salud mental, el lenguaje realmente importa. No se trata de ser políticamente correcto. Se trata de querer hacer todo lo posible para alentar a las personas a obtener un tratamiento de salud que funcione", dijo Ron Honberg, asesor principal de políticas de la Alianza Nacional en la enfermedad mental.
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Recibir tratamiento es un desafío para la mayoría de las personas. Aunque el 25% de la población mundial sufre de un trastorno mental o del comportamiento, según la Organización Mundial de la Salud, solo el 44% de los adultos con problemas de salud mental diagnosticables y menos del 20% de los niños y adolescentes reciben el tratamiento necesario, de acuerdo con MentalHealth.gov. Los estudios han demostrado que las personas no reciben ayuda, en parte, debido al estigma.
"Tienes a estas personas viviendo en las calles, y puedo decir que en muchos casos en todo el país, son muy peligrosas y no deberían estar allí", dijo Trump el jueves.
Pero los estudios muestran lo contrario. Según la investigación, la gran mayoría de las personas con una enfermedad mental nunca será violenta; de hecho, las personas con enfermedades mentales son mucho más propensas a ser víctimas de la violencia.