Miami, 19 feb (EFE).- El matrimonio Snead, que acogió al autor del tiroteo de la pasada semana en Parkland (Florida, EE.UU.), Nikolas Cruz, tras la muerte de su madre adoptiva, aseguró este lunes que vieron al joven tras la matanza y que éste les dijo que lo "sentía".
En entrevista con el programa "Good Morning America", del canal ABC, James y Kimberly Snead explicaron que se cruzaron brevemente con Cruz en una estación de policía el mismo día del tiroteo que acabó con la vida de 17 personas en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas.
Kimberly indicó que al verle comenzó a gritar al joven y que lo que "realmente quería más que a nada era estrangularlo".
Te puede interesar: Trump escuchará a sobrevivientes de tiroteo en escuela de florida
Fue entonces que Cruz, que se había mudado a su casa después de que su madre adoptiva muriera de una neumonía en noviembre de 2017 y el padre adoptivo falleciera años atrás, les dijo que lo "sentía".
James explicó que todavía viven una "montaña rusa de emociones" y que es "duro" lo que están pasando, pues le abrieron las puertas de su casa y ahora, a través de la Policía y los medios de comunicación, están conociendo cosas de Nikolas Cruz que ni imaginaban entonces, pues el joven parecía "normal" y era "muy educado".
#EEUU ??| En entrevista con el programa "Good Morning America", del canal ABC, James y Kimberly Snead explicaron que se cruzaron brevemente con Cruz en una estación de policía el mismo día del tiroteo en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas. pic.twitter.com/PiIfmzUZe2
— TN8 Nicaragua (@canaltn8) February 19, 2018
Nikolas era amigo de su hijo, y por eso aceptaron que se trasladara con ellos, y que éste se siente "traicionado" y "furioso" por lo que hizo el autor del tiroteo, pues él mismo estaba en ese momento en la escuela, y que no tienen previsto volver a verle.
James, exmilitar, dijo que una de las condiciones que le impusieron a Cruz para mudarse a la casa fue comprar una caja fuerte para guardar sus armas y que pensaba que él tenía la única llave, por lo que el joven no podía utilizarlas sin su permiso.
En este sentido, indicó que desde que se mudó en noviembre pasado sólo le pidió tener las armas en dos ocasiones, una para limpiar una de ellas, a lo que él accedió, y en otra ocasión que rechazó la idea.