Washington, 12 feb (EFE).- El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, presentó este lunes su plan para "reconstruir la desmoronada infraestructura" del país, que busca movilizar hasta 1,5 billones de dólares en los próximos diez años en un plan que combina fondos federales y estatales con incentivos para el sector privado.
"Tenemos que reconstruir nuestra desmoronada infraestructura (…) Se trata del plan más grande y atrevido" del país, dijo Trump en un encuentro con gobernadores y alcaldes en la Casa Blanca, al dar a conocer algunos detalles de su propuesta.
Finalmente, y tras meses de espera, el mandatario divulgó su plan para revitalizar la red de infraestructura de Estados Unidos, que en más de una ocasión ha señalado que es "tercemundista".
Donald citó como ejemplo a las empresas de transporte de camiones que, dijo, se "lamentan del tremendo daño que muestran sus vehículos debido a que las carreteras están en mal estado".
Para alcanzar los 1,5 billones de dólares prometidos, el presidente confía en que el pequeño porcentaje aportado por el gobierno federal sea multiplicado por la labor conjunta de los estados y entidades locales en asociación con el sector privado.
Del total, 200.000 millones de dólares serán fondos federales que el gobernante pedirá directamente al Congreso durante los próximos diez años, y la mitad de estos irán destinados a aquellos estados o localidades a los que les quede poco para completar un proyecto ya en marcha.
"Vamos a tener un montón de asociaciones público-privadas, y de esa manera los proyectos se concluyen a tiempo y dentro de presupuesto", dijo el mandatario.
Como gran incentivo, recurrió a la desregulación para facilitar la aprobación de permisos.
En concreto, aseguró que "se acelerará el periodo para obtener autorización de 10 años a dos años, e incluso a un año".
El Ejecutivo también quiere invertir 50.000 millones de dólares en zonas rurales, como acceso a banda ancha de internet, y otros 20.000 millones en "programas transformadores" y que plasmen una "visión de futuro".
"La gente de las áreas rurales se han quedado atrás", afirmó Trump en su intervención.
También se incluirán 20.000 millones de dólares a expandir su actual programa de préstamos y bonos a empresa privadas con el que actualmente se financian actividades para la renovación de infraestructuras de transporte y de agua, entre otros.
Desde la oposición demócrata se criticó rápidamente el plan de Trump por estar diseñado "para contentar a sus aliados políticos", afirmó Chuck Schumer, líder de la minoría demócrata en el Senado.
"La propuesta haría muy poco para mejorar nuestra dañada infraestructura, y pondría una carga insostenible sobre nuestros gobiernos locales y llevaría a peajes en todo el país", dijo Schumer.
En la misma línea se expresó el congresista Peter DeFazio, el demócrata de más alto rango en el comité de Transporte de la Cámara de Representantes, al recalcar que "no es un verdadero plan de infraestructura (…) es un intento de la Administración de privatizar funciones gubernamentales fundamentales, y crear beneficios para sus amigos en Wall Street".
La propuesta de Trump no cuenta con muchas posibilidades en el Congreso debido a que se produce poco después de la ambiciosa rebaja de impuestos que se aprobó el pasado año y el reciente acuerdo presupuestario que aumenta notablemente el gasto social y en defensa, lo que incrementa las presiones sobre las cuentas públicas y el déficit federal.