La oposición demócrata de Estados Unidos anunció el lunes que aceptó apoyar un proyecto de ley de financiamiento temporal que comenzó a votarse en el Senado para poner fin al cierre parcial del gobierno federal, que cumple ya su tercer día.
El líder de la minoría demócrata del Senado, Chuck Schumer, dijo en el hemiciclo que había llegado a un acuerdo con el líder de la mayoría republicana, Mitch McConnell, a cambio de la promesa de contemplar la regularización de cientos de miles de inmigrantes ilegales conocidos como "dreamers" (soñadores).
"Después de varias discusiones, ofertas, contraofertas, el líder republicano y yo llegamos a un acuerdo", dijo Schumer momentos antes de que comenzara la votación clave en el Senado.
"Votaremos hoy para reabrir el gobierno para continuar negociando un acuerdo global con el compromiso de que si no se llega a un acuerdo antes del 8 de febrero, el Senado procederá inmediatamente a la consideración de la legislación sobre el DACA", dijo.
Hasta ahora, los demócratas se habían negado a votar la extensión del presupuesto temporal a menos que obtuvieran garantías sobre el futuro de los llamados "dreamers" (soñadores): jóvenes indocumentados traídos al país cuando eran niños, que quedarán en riesgo de deportación cuando expire en marzo el programa que los protege.
El programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, en inglés), creado por el expresidente Barack Obama en 2012, fue derogado por el presidente Donald Trump en septiembre pasado.
El proyecto de ley para mantener el financiamiento del gobierno hasta el 8 de febrero requiere 60 votos para ser aprobado en el Senado de 100 miembros, lo que significa que los republicanos, que tienen una mayoría de un escaño, necesitan el apoyo de varios demócratas.
Si el proyecto de ley se aprueba en el Senado, aún tendrá que volver a la Cámara de Representantes, ya que el texto ha sido modificado desde que la cámara baja lo aprobó el jueves pasado.
Cientos de miles de empleados federales de Estados Unidos se vieron forzados a quedarse en sus casas el lunes, ante la incapacidad del Congreso de lograr durante el fin de semana un acuerdo presupuestario que permitiera financiar el gobierno, paralizado desde el sábado a las 00H00.