WASHINGTON (AP) — Con un lenguaje tajantemente vulgar, el presidente Donald Trump cuestionó el jueves por qué Estados Unidos debería aceptar más inmigrantes de Haití y de “países de mierda” de África, y no de lugares como Noruega, durante una reunión en la que rechazó un acuerdo bipartidista sobre inmigración, de acuerdo con personas al tanto de la conversación que se llevó a cabo en la Casa Blanca.
La despectiva descripción de Trump de todo un continente sorprendió a los legisladores que asistieron a la reunión e inmediatamente revivió las acusaciones de que el presidente es racista. La Casa Blanca no negó su comentario, pero emitió un comunicado en el que afirmó que Trump apoya las políticas de inmigración que acogen a "aquellos que puedan contribuir a nuestra sociedad".
Los comentarios de Trump se dieron mientras dos legisladores le describían los detalles de un acuerdo que protegería de la deportación a cientos de miles de jóvenes migrantes y reforzaría la seguridad en la frontera.
Los senadores esperaban que Trump apoyara su acuerdo y con ello terminara con una disputa que se ha extendido por meses sobre cómo proteger a los jóvenes inmigrantes conocidos como “dreamers”. Pero la Casa Blanca rechazó la medida propuesta, enviando nuevamente el tema a la incertidumbre a ocho días de una fecha límite que amenaza con paralizar el gobierno.
Durante su reunión, el senador Dick Durbin explicó que, como parte de la medida propuesta, se pondría fin a la lotería de visas que ha beneficiado a personas de países africanos y de otras naciones, explicaron las fuentes, aunque podría haber otra forma de que solicitaran el visado. Durbin apuntó que se permitiría que la gente que huyó de desastres en sus países de origen _incluidos los salvadoreños, guatemaltecos y haitianos_ se quedara en Estados Unidos.
Entonces Trump cuestionó específicamente por qué Estados Unidos querría admitir a más personas de Haití. También mencionó a los países africanos y preguntó por qué más personas de “países de mierda” deberían tener permitido entrar en Estados Unidos, señalaron las fuentes.
El presidente insinuó que preferiría que Estados Unidos permitiera la entrada a más personas de países como Noruega. Trump se reunió esta semana con la primera ministra noruega Erna Solberg.
Cuando el portavoz de la Casa Blanca Raj Shad fue cuestionado sobre los comentarios del presidente, no negó directamente sus afirmaciones.
“Algunos políticos de Washington eligen pelear por países extranjeros, pero el presidente Trump siempre peleará por los estadounidenses”, indicó Shad.
Los comentarios de Trump fueron llamativos incluso para los estándares de un presidente que ha sido acusado por sus opositores de actitudes racistas y que ha roto en repetidas ocasiones el decoro público que sus predecesores en general mostraban.
Trump ha afirmado sin tener alguna evidencia que Barack Obama, el primer presidente negro de Estados Unidos, no nació en el país. Ha dicho que los inmigrantes mexicanos “traen crimen” y son “violadores”. Y afirmó que había “muy buenas personas en ambos bandos” luego de los hechos de violencia que se dieron tras un mitin de supremacistas blancos en Charlottesville, Virginia, en los que murió una persona.
La representante demócrata Kathleen Rice publicó la palabra “racista” en su cuenta de Twitter luego de que se dieran a conocer los comentarios del mandatario.
Pero no solo los demócratas objetaron las palabras de Trump.
La representante republicana Mia Love, hija de inmigrantes haitianos, dijo que los comentarios de Trump eran “insensibles, divisivos, elitistas y van en contra de los valores de nuestra nación”. Agregó que “como líder de nuestra nación, su comportamiento es inaceptable” y que Trump debe de disculparse con los estadounidenses “y con los países que tan maliciosamente denigró”.
Trump ha dicho de sí mismo que es “la persona menos racista que podrían conocer”.
Las fuentes hablaron bajo condición de anonimato debido a que carecían de autorización para declarar sobre los temas que se trataron en la Oficina Oval. Uno de ellos dijo que los legisladores presentes en la habitación estaban desconcertados por los comentarios del presidente.
El gobierno de Trump anunció a finales del año pasado que terminaría con un programa de permisos de residencia temporal que permitió a casi 60.000 ciudadanos haitianos vivir y trabajar en Estados Unidos luego de un devastador sismo en 2010.
Trump ha hablado de forma positiva sobre los haitianos en público. Durante un evento de campaña de 2016 en Miami, el ahora mandatario dijo que “los ciudadanos de Haití merecen algo mejor”, y declaró ante una audiencia de haitianos-estadounidenses que quería “ser su mayor defensor y seré su mayor defensor”.
El acuerdo que Durbin y el senador Lindsey Graham describieron a Trump también incluía los 1.600 millones de dólares que pidió Trump para los primeros gastos de su muro fronterizo, dijeron asistentes familiarizados con el acuerdo, quienes pidieron permanecer bajo anonimato debido a que el pacto todavía no es público.
La petición de Trump cubre 119 kilómetros (74 millas) del muro fronterizo y forma parte de una propuesta de 18.000 millones de dólares a 10 años.
Los demócratas han prometido que no aprobarán el financiamiento del muro fronterizo, pero aceptaron la solicitud inicial como parte de un plan más amplio que protege de la deportación a cerca de 800.000 jóvenes inmigrantes que llegaron al país siendo niños y que ahora viven en Estados Unidos de forma ilegal.