Washington, 9 ene (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, emplazó hoy a su Gobierno a desarrollar un plan para la asistencia a los miembros de las Fuerzas Armadas en su transición de la vida castrense a la civil, con el objetivo de reducir las altas tasas de suicidio que se registran entre los veteranos.
La medida, recogida en un orden ejecutiva que tiene por título "Apoyo a nuestros veteranos durante su transición del servicio uniformado a la vida civil", dicta que los departamentos de Defensa, Seguridad Nacional y Asuntos de Veteranos deberán desarrollar un plan de acción conjunta para garantizar el acceso a los servicios de salud mental a los exmilitares.
"Se trata de un paso histórico para asegurar que se atiende a nuestros veteranos de la manera adecuada", señaló hoy Trump durante la firma del documento.
De esta manera, las tres carteras tienen un plazo de 60 días para esbozar este plan, cuya aplicación sería revisada por el propio presidente a los seis meses con el objetivo de introducir, en caso de ser necesario, reformas adicionales que pudieran aumentar el acceso a los servicios de salud mental de los veteranos.
De acuerdo con un comunicado divulgado hoy por la Casa Blanca, la posibilidad de que un exmilitar estadounidense se quite la vida en los tres meses posteriores a su licenciatura es 2,5 veces mayor que la del resto de sus compatriotas.
"Evitar el suicidio de nuestros exmilitares es nuestra mayor prioridad", explicó el secretario del Departamento de Veteranos, David Shulkin, quien apuntó que a día de hoy unos 20 antiguos soldados se quitan la vida cada día en Estados Unidos.
Una de las principales causas de esta tendencia, según datos de la Administración de Servicios de Salud Mental o Abuso de Sustancias, es que apenas el 50 % de los veteranos que precisan de algún tipo de tratamiento psiquiátrico lo solicitan y de estos sólo la mitad, aproximadamente, recibe los cuidados necesarios,
Por este motivo, una de las principales medidas que las autoridades quieren introducir es la de inscribir en los servicios de Salud Mental, durante un año y de manera automática, a todo aquel que se licencie, de manera que sea el propio veterano el que pueda elegir darse de baja si lo desea.
Asimismo, según apunta la prensa especializada, otra de las medidas que podrían adoptarse sería la de extender estos servicios a todos los nuevos exmilitares y no sólo a aquellos que hayan tomado parte en acciones de combate.
El principal escollo para adoptar estas medidas sería el elevado monto económico que supondría para las arcas del Estado puesto que, según cálculos del Departamento de Defensa, cada año unos 265.000 militares abandonan el servicio en activo.