El partido Demócrata estadounidense logró este martes una crucial victoria en las elecciones a gobernador en el estado de Virginia, en un duelo que era visto como una puesta a prueba de la popularidad del presidente Donald Trump para los comicios en 2018 y 2020.
La disputa por el cargo de gobernador de Virginia tiene ramificaciones de alcance nacional para dos partidos sumergidos en intensas divisiones internas.
Al fin de una áspera campaña, el demócrata Ralph Northam derrotó al republicano Ed Gillespie, quien había adoptado la agresiva y divisiva retórica utilizada por Trump para llegar el año pasado a la Casa Blanca.
Instantes después que redes de TV anunciaron que las proyecciones indicaban la victoria de Northam, el gobernador saliente de Virginia, el demócrata Terry McAuliffe dijo a la prensa que "el miedo, la división y el odio no funcionan", en una referencia directa a la campaña de Gillespie.
Con casi el 85% de los distritos escrutados, Northam aparecía con el 53,15% de los votos, al tiempo que Gillespie exhibía el 45,66%.
"Esta noche hemos probado que somos más fuentes cuando valoramos y luchamos por todos", publicó Northam en la red Twitter.
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Simultáneamente, las proyecciones indican que el partido Demócrata también logró la victoria en las elecciones para gobernador en el estado de Nueva Jersey.
– En el momento justo –
Estos resultados llegan en un momento en que a nivel nacional el partido Demócrata atraviesa una severa crisis como resultado de la derrota ante Trump en las presidenciales de 2016.
Visiblemente dividido, los Demócratas tenían la urgencia de recomponerse para las elecciones legislativas de medio término, en 2018, ya que el partido es minoría en las dos cámaras del Congreso.
El director del Comité Nacional del partido, Tom Pérez, afirmó en una nota oficial que los electores rechazaron la visión del mundo defendida por Trump y su vicepresidente, Mike Pence.
De acuerdo con Pérez, esa visión "retirará la protección de salud a millones de personas, pretende reducir los impuestos de los millonarios y las corporaciones a costas de la clase media, y fomenta la división en un momento en que nuestro país necesita unidad".
Virginia votó dos veces por el presidente anterior Barack Obama y Hillary Clinton se llevó este estado en la presidencial del año pasado.
Así, una victoria de Gillespie habría sido vista como la validación del agresivo estilo político de Trump, con efectos impredecibles para las próximas elecciones para gobernador o para el Congreso.