La fuerza aérea estadounidense no había informado al Buró Federal de Investigaciones? (FBI, por su sigla en inglés) de la condena por violencia conyugal de Devin Patrick Kelley, lo que podría haberle impedido adquirir armas y matar a las 26 personas en una iglesia de Texas el pasado domingo, admitió este lunes el Pentágono.
La Fuerza Aérea informó que Kelley prestó servicio en una base de Nuevo México desde 2010, antes de ser juzgado por una corte marcial en 2012 por agredir a su esposa e hijo.
Fue sentenciado a 12 meses de confinamiento y recibió una baja por "mala conducta", según dijo Ann Stefanek, portavoz de la Fuerza Aérea. Sin embargo, "las informaciones preliminares muestran que el delito de violencia doméstica de Kelley no fue inscrito en el registro del Centro nacional de información criminal (NCIC, por su sigla en inglés)", indicó Stefanek.
Descartan móvil racial, religioso o terrorista en matanza de Texas
La portavoz precisó que se inició una investigación para comprobar si otras condenas pudieron eludir el sistema de inscripción en el registro de criminales.
Problemas familiares
Autoridades locales confirmaron este lunes que Devin Patrick Kelley habría actuado motivado por problemas familiares.
Freeman Martin, del Departamento de Seguridad Pública de Texas, sostuvo que "había un diferendo en esa familia" y agregó que la suegra de Kelley frecuentaba la iglesia donde ocurrió el ataque.
Según el funcionario, el ataque no tuvo una motivación racial y tampoco estuvo relacionado a creencias religiosas. "Había un problema doméstico con sus familiares políticos", aseguró.
El tirador fue descrito por las autoridades como un joven blanco que se suicidó cuando huía en su auto y mientras era perseguido por dos ciudadanos.
Armas de fuego sobre la mesa
El presidente Donald Trump, quien se encuentra de gira por Asia, ordenó que las banderas ondeen a media asta en la Casa Blanca y edificios federales. Calificó el tiroteo de "espantoso" y "acto de maldad", pero volvió a descartar que el acceso a las armas sea el causante.
"Tenemos un montón de problemas de salud mental en nuestro país, pero no es una situación imputable a las armas", declaró en Tokio.
Insistió en que es un poco pronto para abordar el tema, al ser consultado por los pedidos de que aumente el control de armas en el país.
Esta nueva masacre ocurre a un mes del tiroteo en Las Vegas, cuando un hombre abrió fuego desde una habitación de hotel contra una multitud que asistía a un concierto. En el hecho, 58 personas perdieron la vida y más de 550 resultaron heridas.
Diez heridos en estado crítico tras tiroteo en Texas, EE.UU. https://t.co/H1FHnwunyv pic.twitter.com/m8E1PS0FOy
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¿Tiroteos recientes podrán motivar un control de armas en EE.UU.? https://t.co/C3ipdJoRDJ pic.twitter.com/O8P7FSiv5c
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