Miami, 2 oct (EFE).- Mayra Alvear, madre de una de las víctimas mortales de la masacre en la discoteca Pulse de Orlando en 2016, pidió hoy mayor control en la venta de armas en Estados Unidos tras el tiroteo ocurrido este domingo en Las Vegas, en el que murieron al menos 58 personas.
"¿Hasta dónde vamos a llegar?", se preguntó en declaraciones a Efe la madre de Amanda Alvear, que falleció el 12 de junio de 2016 en la discoteca Pulse, en la que hasta este domingo era la peor matanza por arma de fuego en EE.UU., con 49 víctimas mortales.
Mayra condenó enérgicamente el tiroteo de Las Vegas y dijo sentirse impotente cada vez que sucede un suceso de este tipo en EE.UU.
"Hasta me siento culpable por no hacer nada más para eliminar las armas (de fuego)", lamentó sobre lo sucedido anoche, donde al menos 58 personas murieron y 515 resultaron heridas, según el último balance de la Policía local.
Desde su residencia de Orlando y con la voz entrecortada y llorosa, la madre de Amanda aseguró que no se recuperará jamás de la masacre perpetrada el año pasado por Omar Mateen, y que este tipo de tiroteos, como el ocurrido anoche en Las Vegas, no van a cesar mientras las personas tengan acceso libre a las armas.
"Desde que vi la tragedia ocurrida en Las Vegas estoy con el corazón en un puño. Ha vuelto a ocurrir y no entiendo cómo todavía hay personas que defienden (el uso de) las armas", enfatizó.
Según esta mujer de origen puertorriqueño, "nunca se sabe cómo una persona (portadora de armas) va a reaccionar".
Alvear aseguró que no se opone a la Segunda Enmienda de la constitución estadounidense que da derecho a la posesión de armas de fuego, siempre y cuando se exija un mayor control sobre su venta, especialmente las automáticos y de gran capacidad.
"Esos rifles no deben estar disponibles. La persona que compra ese tipo de armas no va a cazar palomas", expresó en referencia al ataque indiscriminado perpetrado anoche en Las Vegas.
Las autoridades han identificado al sospechoso como Stephen Paddock, un estadounidense de 64 años que abrió fuego desde su habitación del piso 32 del hotel Mandalay Bay sobre una multitud de más de 22.000 personas que asistían un festival country en la famosa ciudad de Nevada.
"El control sobre las armas debe ser riguroso y vemos que es algo que no terminan de resolver los políticos de este país. Es muy triste que no se haga nada al respecto", enfatizó Alvear.
Su hija murió en el ataque de la discoteca Pulse, donde también falleció su mejor amiga, Mercedes Flores, y fueron heridos varios de su grupo de amigos.