El martes Donald Trump visitará Puerto Rico, hundido en el desastre por el huracán María. Y este sábado, tres días antes de su viaje de apoyo a la isla, se ha descolgado en Twitter con una ráfaga de mensajes en los que ataca a la alcaldesa de la capital de Puerto Rico, San Juan (390.000 habitantes), Carmen Yulín, a la que ha criticado su "pobre liderazgo".
Yulín había respondido el viernes con dureza a las optimistas palabras de la Secretaria de Interior Elaine Duke, que había dicho que la catástrofe de Puerto Rico era "una buena historia noticiosa en términos de nuestra habilidad para llegar a la gente". La alcaldesa de San Juan, tras oír esas declaraciones, dijo en una entrevista con un canal estadounidense: "Cuando no tienes comida para un bebé, no es una buena historia noticiosa", y en un acto posterior añadió: “Nos estamos muriendo aquí y no puedo entender que la nación más grandiosa del mundo no pueda descifrar la logística para una pequeña isla de 100 millas por 35 millas [160 por 36 kilómetros]”.
Once días después del paso del huracán la isla sigue sufriendo gravísimas carencias de agua, alimentos, combustible, atención sanitaria y vivienda, con miles de casas arrasadas. La zona de la capital va recobrando el pulso muy lentamente pero en las zonas del interior de la cordillera central y de la costa se encuentran aún desamparados o con escasos niveles de ayuda.
Trump ha salido en defensa de Duke fustigando a Yulín –"los demócratas le han dicho que hay que ser desagradable con Trump", tuiteó– y aludiendo a "otros en Puerto Rico que no son capaces de poner a sus trabajadores a ayudar". "Quieren que les den todo el trabajo hecho, cuando esto debería ser un esfuerzo comunitario". El presidente, por contra, ha dicho que los empleados del Gobierno federal en la isla –Estado Libre Asociado a EE UU– está siendo "fantástico".
Yulín es integrante del Partido Popular Democrático (izquierda), rival del Partido Nuevo Progresista (centro liberal) del gobernador de la isla, Ricardo Rosselló. Aunque es un político más cercano al Partido Demócrata que al Republicano –apoyó a Hillary Clinton en las presidenciales pasadas–, Rosselló, centrado en conseguir recabar el mayor apoyo posible de Washington para socorrer a los puertorriqueños y reconstruir la isla, está subrayando en sus discursos diarios la unidad de propósito entre el Gobierno federal y el de la isla.
Las palabras de Trump contra los críticos a la reacción de su gobierno en Puerto Rico crispan a un amplio espectro de puertorriqueños entre los que está cundiendo la impresión de que Washington está tratando el desastre de Puerto Rico como un problema de segunda clase, sin la presteza y provisión de recursos con que han actuado tras los huracanes en Texas y Florida. Esta semana el presidente ya había ofendido a muchos con un tuit en el que recordaba a Puerto Rico en medio del desastre que debía saldar sus deudas con Wall Street y sus bancos acreedores.
El dramaturgo y actor de origen puertorriqueño Lin-Manuel Miranda ha repudiado las críticas de Trump a la alcaldesa. Ha escrito en su Twitter (1,7 millones de seguidores) que Yolín ha estado trabajando en la crisis "las 24 horas del día" y ha deseado que el presidente se vaya "directo al infierno".
Más de 10.000 personas siguen en refugios tras el huracán, que según datos oficiales ha dejado 16 muertos. Tan solo un 5% de la red eléctrica funciona y devolvera la electricidad a todo el país tomará al menos seis meses, avanzó este sábado la Autoridad de Energía Eléctrica, que cuenta con la colaboración del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE UU.
Mil soldados de la Guardia Nacional de estados de EE UU están trabajando sobre el terreno en Puerto Rico, sumándose a los 3.000 activos de la Guardia Nacional de Puerto Rico. Fuentes militares informaban ayer a este periódico de que "a mediados de octubre" habrán llegado al menos otros 3.000 de distintos estados, completando un contingente de unos 7.000 soldados.