Washington, 29 ago (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, partió hoy al estado de Texas para evaluar el daño causado por el huracán Harvey, convertido en tormenta tropical y que ha dejado ciudades inundadas, casi una decena de fallecidos y decenas de miles de desplazados.
"¡Saliendo ahora para Texas!", dijo en Twitter Trump, quien estará acompañado durante su visita por la primera dama, Melania.
Leaving now for Texas!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) August 29, 2017
La pareja presidencial visitará primero Corpus Christi, una ciudad de 320.000 habitantes que el viernes recibió el fuerte impacto de Harvey cuando tocó tierra con unos vientos de 215 kilómetros por hora y una potencia de categoría 4 en la escala de intensidad de Saffir-Simpson, de un máximo de 5.
En Corpus Christi, el presidente de EEUU se reunirá con líderes locales y algunas de las organizaciones que han estado ayudando en las labores de rescate y reconstrucción.
Posteriormente Trump y Melania viajarán a Austin, la ciudad desde donde el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, ha estado coordinando la respuesta al ciclón.
El huracán Harvey es el primer desastre natural al que se enfrenta Trump y muchos analistas están atentos a su respuesta para evaluar sus capacidades de mando.
Trump ya dijo durante el fin de semana que trata de evitar los errores que cometió en 2005 el presidente George W. Bush con el huracán Katrina.
Bush fue duramente criticado por la tardanza en la respuesta que dio a la devastación que dejó en Nueva Orleans (Luisiana) el Katrina.
Cuando ocurrió la tragedia, Bush disfrutaba de sus vacaciones en su rancho de Texas, un descanso que no interrumpió y, a su término, dos días después del paso de Katrina, viajó directamente a Washington sin detenerse en Luisiana.
Para evitar una situación similar, en el mismo momento en el que el huracán tocó Estados Unidos, Trump firmó una declaración de desastre para Texas, que le permite enviar asistencia federal para ayudar en las labores de reconstrucción.
Además, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EEUU declaró ayer la emergencia pública sanitaria en Texas y pidió a las clínicas y hospitales que atiendan a los pacientes que se benefician de los programas de Medicare, destinado a las personas mayores de 65 años, y de Medicaid, para aquellos con bajos ingresos.