Las autoridades no tardaron mucho en develar el siguiente misterio. Una mujer de Morrison, en Illinois, cuyo cuerpo fue encontrado en un hogar incendiado, el sábado, tenía un disparo en la cabeza, provocado el jueves por su propia hija, quien junto con una amiga pasaron un día limpiando, antes de incendiar la casa para ocultar el crimen, dijeron los investigadores.
Anna Schroeder, de 15 años, quien vivía con su madre, Peggy S. Schroeder, de 53, fue acusada de tres cargos de homicidio en primer grado, por ocultar un homicidio y por incendio provocado.
Trump defiende inocencia de su hijo y denuncia de nuevo una "caza de brujas"
Con el cargo de asesinato en primer grado, por ser menor de 16 años, la ley estatal dicta que debera ser recluída en el tribunal de menores. Si es juzgada y condenada como menor, podría ser encarcelada hasta los 21 años.
Su amiga Rachel Helm, también de 15 años, de Rock Falls, aún no ha sido formalmente acusada. Están detenidas en el Hogar de Detención de Mary Davis, en Galesburg. Ambas chicas aparecieron en la corte del condado de Whiteside, temprano esta misma tarde.
Según el testimonio del detective David Molina, el sheriff, quien entrevistó a ambas jóvenes, Anna estaba esperando en casa con el revólver 38 de su mamá, y cuando Peggy, quien trabajaba en el Wahl Clipper Service Center, en Sterling, llegó a casa el jueves alrededor de las 5:30 pm, Anna la encontró en el salón, le dijo que pusiera una toalla sobre su cara y le disparara en la frente.
Las niñas luego caminaron a una tienda cercana para comprar más suministros de limpieza. Habían decidido huir, y aquella noche se teñirían el cabello. Rachel, quien es rubia, teñió el suyo rojo; Schroeder, morena, teñió el suyo negro.
El sábado por la mañana incendiaron la casa para destruir pruebas. Rachel prendió fuego a la sábana que cubría a Peggy y a las sábanas de la habitación de Anna, luego caminaron hasta el cementerio de Grove Hill y ocultaron el teléfono de Anna y el arma.