Celebran 30 años de la llegada de la Virgen de Guadalupe a Chicago

Chicago (EE.UU.), 4 jul (EFE).- El santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, en Des Plaines (Illinois, EE.UU.), a 32 kilómetros de Chicago, celebró hoy una misa para conmemorar el trigésimo aniversario de la llegada de la imagen de la virgen a este lugar.

La celebración al aire libre estuvo a cargo del exobispo auxiliar de Chicago Plácido Rodríguez y del rector del santuario, el sacerdote Esequiel Sánchez.

El rector recordó que hoy se conmemora además el Día de la Independencia de EE.UU., país que fue "fundado por inmigrantes que lucharon por una nueva visión" de sus vidas.

Rodríguez repitió la consagración que el papa Juan Pablo II realizó el 27 de enero de 1979 en el santuario de la Virgen de Guadalupe, en México.

En la ceremonia tuvieron un papel importante un grupo de danza tradicional mexicana y se realizaron ofrendas de rosas a la virgen de Guadalupe.

Después de la misa, que se celebró en inglés y español, hubo una procesión a caballo desde la entrada del santuario a la ermita que alberga a la virgen y una imagen del pastor Juan Diego.

Los festejos finalizaron con la bendición de banderas que serán colocadas cerca del monumento de Cristo Rey, ubicado en San Ciro de Acosta, en el estado mexicano de San Luis Potosí.

El santuario, que recibe cada 12 de diciembre a miles de peregrinos que llegan desde todas partes de Estados Unidos a festejar la imagen y pagar sus promesas, contará en el futuro con una basílica que proyecta construir el arzobispado de Chicago.

El santuario de Des Plaines recibe cada 12 de diciembre a miles de peregrinos desde que en 1995 se construyó un cerrito con una réplica de la imagen de la Virgen de Guadalupe a menor escala de la que se piensa ahora construir.

El origen de este sitio surgió hace 30 años cuando el hispano Joaquín Martínez recorrió con una pequeña estatua de la virgen guadalupana parroquias, hospitales, asilos y parques públicos de la región, donde permanecía una semana en cada lugar.

Curiosamente, nadie quería esta efigie hasta que finalmente el padre John P. Smyth, de la ciudad de Des Plaines, aceptó hospedar a la imagen de la virgen en un orfanato católico, para posteriormente presidir una sede más grande que la pequeña capilla donde inicialmente quedó expuesta.