TAORMINA, Italia (AP) — El presidente de Estados Unidos tuiteó el sábado que la próxima semana tomará la decisión final sobre si Estados Unidos permanecerá o no en el acuerdo climático de París.
Donald Trump hizo el anuncio sorpresivo en el último día de su largo viaje internacional, después de que se negó a ceder a la intensa presión internacional y declinó comprometerse a mantener a Estados Unidos en el acuerdo climático.
Momentos antes el sábado, los otros seis miembros del G7 _grupo que reúne a algunas de las naciones más ricas del mundo_ votaron a favor del acuerdo climático de París, según una persona familiarizada con las conversaciones. La fuente habló bajo condición de no ser identificada a cambio de anticiparse al anuncio formal.
Trump fue presionado durante los últimos tres días, primero en Bruselas durante las reuniones de la OTAN y la Unión Europea, y luego en Sicilia para el G7, pero dejará Italia sin aclarar cuál es su posición. Bajo el acuerdo del G7, el gobierno de Trump tendrá más tiempo para evaluar si Estados Unidos seguirá comprometido con el acuerdo de París de 2015, que busca controlar las emisiones de gases de efecto invernadero.
Retirar a Estados Unidos del acuerdo climático fue un punto central de la campaña de Trump. Sus colaboradores han estado analizando si pueden ajustar el marco del acuerdo, incluso si Estados Unidos no se retira por completo. Otras naciones del G7 presionaron fuertemente a Trump para que su país permanezca en el acuerdo climático. La canciller alemana Angela Merkel dijo que "presentamos muchos argumentos".
“Sus puntos de vista están evolucionando”, dijo el viernes Gary Cohn, director del consejo económico nacional, al referirse al presidente estadounidense. “Vino aquí para aprender y ser más inteligente", agregó.
Al término de la reunión de las siete naciones más industrializadas del mundo, y antes de subir al avión presidencial Air Force One para regresar a Estados Unidos, Trump se dirigirá a las tropas estadounidenses apostadas en una base en Italia.
Lo que no figura en su agenda es una conferencia de prensa.
De cumplirse, Trump rompería con la tradición de sus predecesores de celebrar al menos una comparecencia con preguntas durante su estancia en el extranjero. Nerviosos por la tendencia del presidente a empeorar la situación en su contra con declaraciones improvisadas, el personal de la Casa Blanca lo ha mantenido alejado de los periodistas durante la mayor parte del viaje.
Con la segunda jornada de la cumbre del G7 en Sicilia, Trump cierra un viaje de nueve días que lo llevó además a Arabia Saudí, Israel, el Vaticano y Bruselas.
La gira transcurrió sin sobresaltos, y el gobierno alabó los esfuerzos del presidente para forjar una nueva coalición para luchar contra el terrorismo mientras recrimina a sus socios en la OTAN que no aporten una cuota justa para sufragar su defensa.
Tras la pompa de un viaje presidencial al extranjero, a su regreso a suelo estadounidense el republicano se topará con los mismos problemas que asediaban su joven gobierno antes de partir.
Mientras el recién nombrado fiscal especial inicia su investigación sobre los posibles vínculos entre la campaña de Trump y funcionarios rusos, Jared Kushner, yerno del presidente además de uno de sus asesores más cercanos, ha pasado a ocupar el centro de la pesquisa, según The Washington Post. Su abogado dijo que cooperará con los investigadores.
Los principales asesores de Trump, H.R. McMaster y Gary Cohn se negaron el sábado a hacer declaraciones sobre el informe del periódico sobre presuntas discusiones de Kushner con el embajador ruso Serguei Kislyak sobre la creación de un canal de comunicación secreto entre el equipo de transición de Trump y el Kremlin.
La Casa Blanca confirmó en marzo que Kushner y Kislyak se reunieron en la Torre Trump en Nueva York en lo que un funcionario llamó un encuentro breve de cortesía.
McMaster se limitó a decir en conferencia de prensa que “mantenemos canales de comunicación secretos con varios países”, lo que “permite comunicarse en forma discreta”.
Se espera que James Comey, el exdirector del FBI que dirigió la investigación sobre Rusia hasta que Trump lo despidió por sorpresa, testifique ante el Congreso sobre los informes de sus conversaciones con el presidente acerca del proceso.
Además, la búsqueda de un nuevo director para el FBI continúa.
Y la agenda política de Trump afronta problemas. El proyecto de ley republicano para la reforma sanitaria aprobado en la Cámara de Representantes tiene un futuro incierto por delate en el Senado tras un análisis de la Oficina de Presupuesto del Congreso que apunta que dejaría a 23 millones más de estadounidenses sin seguro en 2026. El presupuesto del presidente fue ampliamente criticado por los profundos recortes en programas sociales. Y algunos están empezando a cuestionar las posibilidades de una reforma sanitaria.