HILLSBOROUGH, California, EE.UU. (AP) — El estudiante de secundaria Keith Green era un exastro del fútbol americano en su escuela que había abandonado la universidad, cuando conoció a Tiffany Li, quien era hija de una familia china poderosa y rica, nacida en Beijing y criada en Silicon Valley.
Ella cambió su vida. Y luego, según los fiscales, ordenó su muerte al enamorarse de otro hombre después de vivir durante más de seis años con Green.
Ese hombre, su “guardaespaldas” y Li han sido acusados de homicidio agravado.
La familia ayudó a Li a depositar 35 millones de dólares para obtener su libertad mientras espera el juicio en septiembre. Dos hombres también acusados de la muerte de Green están presos ante la imposibilidad de pagar semejante fianza.
Li le pidió a su familia y amigos ricos que depositaran 4 millones de dólares en efectivo y que apartaran más de 60 millones de dólares en propiedades inmobiliarias en el norte de California para obtener la libertad bajo fianza antes del juicio. El fiscal dijo que esa suma no tiene precedentes en la región.
Su liberación bajo fianza sorprendió a la familia y amigos de Green, además de subrayar lo rica e influyente que es su familia.
El abogado de Li, Geoff Carr, alega que su clienta no tuvo nada que ver con el asesinato y que por eso su familia y sus amigos asumieron el riesgo financiero de pagar su fianza. Li y dos hombres coacusados se han declarado inocentes.
Los hombres están encarcelados en espera de un juicio de septiembre.
Los registros judiciales muestran que la madre de Li y su padrastro amasaron una fortuna a través de inversiones inmobiliarias y proyectos de construcción en China, incluso dos rascacielos en Beijing. Los documentos muestran que la familia tiene propiedades en las Islas Caimán y en St. Kitts, naciones insulares del Caribe conocidas por sus playas exuberantes y estrictas leyes de privacidad financiera.