El presidente Donald Trump pidió al Congreso que investigue presuntas escuchas telefónicas de las que alega haber sido víctima por parte de su antecesor, Barack Obama, antes de las elecciones de noviembre de 2016.
El mandatario "pidió que, en el marco de sus investigaciones, las comisiones de inteligencia del Congreso ejerzan su autoridad de supervisión" para determinar si el gobierno anterior se "extralimitó" en 2016, señala el portavoz de la Casa Blanca Sean Spicer en un comunicado.
El texto alude a "informes", no especificados, "de investigaciones políticamente motivadas justo antes de la elección", los que califica de "muy inquietantes".
Concluye que no habrá más comentarios sobre el tema de parte de la Casa Blanca ni del presidente.
El breve comunicado se divulga un día después de que Trump acusara en Twitter a Obama de haber intervenido sus teléfonos antes de las elecciones de noviembre, sin proporcionar pruebas de esa acusación.
"Terrible! Me acabo de enterar que Obama había pinchado mis líneas en la Trump Tower justo antes de la victoria", escribió Trump en Twitter el sábado. "Esto es McCartismo".
"Apostaría a que un buen abogado podría llevar adelante un gran caso por el hecho de que el presidente Obama pinchaba mis teléfonos en octubre, justo antes de la elección!", tuiteó.
"Cuán bajo ha caído el presidente Obama para pinchar mis teléfonos durante el muy sagrado proceso electoral. Esto es Nixon/Watergate. Mal tipo (o enfermo)!", señaló en otro tuit.
El portavoz de Obama, Kevin Lewis, dijo el sábado en un comunicado que "ni el presidente Obama ni ningún funcionario de la Casa Blanca ordenaron espiar a ningún ciudadano estadounidense".
"Toda sugerencia en contrario es simplemente falsa", agregó.
"Un presidente no puede ordenar escuchas telefónicas, esas restricciones se establecieron para proteger a los ciudadanos de gente como usted", reaccionó por su parte Ben Rhodes, un exasesor de Barack Obama, en Twitter. En principio, sólo un tribunal puede autorizar ese tipo de decisiones.
Los tuits de Trump fueron publicados luego de la avalancha de revelaciones sobre contactos entre diplomáticos rusos y los más cercanos colaboradores del mandatario, entre ellos el secretario de Justicia, Jeff Sessions.
El mandatario ha negado reiteradamente que tenga vínculos personales con el Kremlin, y sus asesores han negado o minimizado esos contactos.
El Congreso abrió investigaciones sobre el asunto.