Fue Carlos Alcaraz, no Novak Djokovic, quien conjuró el ¡¿Cómo hizo ese?! Tiro en las semifinales del Abierto de Francia que se hizo viral en minutos y del que se hablará por muchos años.
Fue Alcaraz, de 20 años, no Djokovic, de 36, quien tenía la juventud de su lado, por supuesto, con la diferencia más grande de edades en la historia de un Grand Slam en semifinales desde 1991. Fue Alcaraz, no Djokovic, quien se quejó con su entrenador en el arranque de una tarde calurosa de 29 grados en la cancha Philippe Chatrier de que los puntos no eran lo suficientemente largos para desgastar a su rival.
- También te puede interesar: Rodríguez propina 9 ponches y consigue su tercera victoria en 2023
Y aún así, fue Alcaraz, no Djokovic, quien sucumbió al calor y a la intensidad y, bajo su propia admisión, a los nervios de la ocasión. Fue el español, no el serbio, cuyo cuerpo se rompió. Y así, será el No. 3 Djokovic, no el No. 1 Alcaraz, quien seguirá jugando en París, con la oportunidad de añadir un trofeo a su colección.
Djokovic utilizó toda su experiencia, implacabilidad y su condición física para derrotar a un acalambrado Carlos Alcaraz 6-3, 5-7, 6-1, 6-1 en el Abierto de Francia el viernes y se acercó a una victoria de su 23er título de Grand Slam, lo que sería un récord, rompiendo el empate que tiene con Rafael Nadal.
El domingo, Djokovic jugará contra el No. 4 Casper Ruud, quien eliminó al No. 22 Alexander Zverev 6-3, 6-4, 6-0.
Ruud jugará en su tercera final en los últimos cinco torneos grandes, incluido París el año pasado, cuando perdió con Nadal, pero todavía está en busca de su primer trofeo de Grand Slam.