La gobernadora se pronunció una semana después que el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, visitó Tokio, reuniéndose con los organizadores y autoridades locales, como Koike, y patentizar su voluntad de que la cita de verano sea realidad.
Koike subrayó que el uso de mascarillas en la población ha sido una de las medidas más efectivas que han permitido que Japón no tenga las elevadas tasas de infección registradas en Estados Unidos y Europa.
Mucho japoneses las usan como un “deber moral” al cooperar para prevenir la propagación del virus, dijo Koike.
El reciente repunte de casos, sin embargo, pone en tela de juicio si es arriesgo insistir con los Juegos. Durante su reciente visita, Bach alentó a que los “participantes” se vacunen para proteger la salud de los japoneses, pero no ha quedado claro cuál será la respuesta si los casos se multiplican en el país anfitrión.
Koike se reunió con el primer ministro Yoshihide Suga para analizar medidas que mitiguen el reciente repunte de infecciones. Los casos diarios en Tokio también han aumentado en semanas recientes.
Suga anunció el domingo la suspensión parcial de una campaña del gobierno que promovía excursiones y salir a comer con descuentos en negocios afectados por la pandemia tras recibir críticas de que las autoridades habían respondido lentamente a los pedidos de aplicar medidas para controlar la propagación de casos.
Japón, durante el estado de emergencia de siete semanas entre abril y mayo, dispuso de un confinamiento no obligatorio pero de todas formas le fue mejor que muchos otros países.
Al iniciar la semana, la cifra de casos en Japón era de 134.000 con casi 2.000 decesos, según el ministerio de salud. Tokio, luego de alcanzar los 500 casos la semana pasado, reportó 186 nuevos casos el martes, para un total de 38.200 casos.