Los Kansas City Chiefs vencieron 31-20 a los San Francisco 49ers en el Super Bowl LIV jugado en Miami y obtuvieron su segundo cetro de la NFL en la historia de la franquicia.
Irreconocible y bajo constante asedio durante la mayor parte del partido, Patrick Mahomes recuperó su magia en un instante para catapultar a Andy Reid y los Chiefs de Kansas City a la victoria en el Super Bowl — el primer campeonato de la NFL del equipo en medio siglo.
Nada más necesitó rezagarse por doble dígitos en la postemporada otra vez. Y fue así que Mahomes, proclamado como el Jugador Más Valioso, soltó un par de pases de larga distancia en ofensivas que culminaron en touchdowns para conseguir la victoria 31-20 sobre los 49ers de San Francisco el domingo.
“Nunca perdimos la fe”, dijo Mahomes. “Eso fue lo más importante. Todo en este equipo, nadie bajó la cabeza. Creíamos en nosotros. Es lo que he estado pregonando todo el año”.
La defensa de los 49ers, que tantos elogios había recibido, se desmoronó en la recta final, particularmente ante los pases de 44 yardas a Tyreek Hill y de 38 a Sammy Watkins. Los touchdowns se concretaron con pases cortos a Travis Kelce para reducir el déficit a tres y a Damien Williams para la ventaja definitiva.
El primer cetro de NFL en la carrera de dos décadas de Reid, el entrenador en jefe de los Chiefs, quedó sentenciado cuando Williams corrió 38 yardas para otro touchdown.
Reid, con 61 años, recibió un anillo del Super Bowl con los Packers de 1996, entonces a cargo de los tight ends. Llevaba buscando uno como máximo estratega desde que fue contratado por Filadelfia en 1999. Los Eagles perdieron en su única participación en el partido cumbre de la NFL tras la temporada de 2004.
Los Chiefs (15-4) llegaron estar abajo 24-0 y 17-7 en sus dos previos partidos en los playoffs.
Sus fanáticos en una concurrencia de 62.417 en el estadio Hard Rock tuvieron poco para entusiasmarse cuando Kansas City se hundió en un hoyo 20-10 y 17 minutos y medio por jugar.
Mahomes llegó a ser interceptado por segunda vez tras ello. Pero Mahomes acabó frotando la lámpara para mostrar la magia que le ha convertido en un mariscal de campo tan especial.