Dwayne Harris devolvió una patada de despeje de 99 yardas para un touchdown luego de que Denver no pudo derribarlo, y los Raiders dieron a su afición mucho para celebrar en el que podría ser su último partido en Oakland, al vencer el lunes a los Broncos por 27-14.
Los Raiders (4-11) tienen programado mudarse a Las Vegas en 2020 y no tienen sede para el próximo año, debido a que las autoridades de Oakland demandaron al equipo por la mudanza. Los Raiders están buscando opciones para 2019, entre las que figura el AT&T Park en San Francisco.
Se espera que la decisión sea tomada antes del Super Bowl, pero muchos de los incondicionales del equipo vinieron al partido sabiendo que podría ser el último partido de la NFL en el estadio que abrió sus puertas en 1966.
Es casi el mismo tiempo que los Broncos (6-9) no tenían temporadas consecutivas con rachas perdedoras, luego de las de 1971 y 1972. El año pasado terminaron con marca de 5-11.
Los Broncos arrancaron el mes teniendo aspiraciones de llegar a la postemporada, pero tres derrotas consecutivas acabaron con esas esperanzas.
La devolución de Harris empató la marca de la segunda más larga. Solo Patrick Peterson (99 yardas) y Robert Bailey (103) tienen devoluciones de patada así de largas en la historia de la NFL.
Los Broncos no hicieron las cosas mucho mejor el resto del partido: cometieron castigos, generaron muy poca ofensiva en la primera mitad y se pusieron 14-0 abajo a la mitad del segundo cuarto.
Case Keenum movió el marcador con un par de pases de anotación en la segunda mitad a DaeSean Hamilton y Courtland Sutton. Pero no fue suficiente, ya que Jalen Richard anotó con una carrera de tres yardas para Oakland y los Raiders sellaron la victoria con intercepciones de Marcus Gilchrist y Erik Harris.