Juan Martín del Potro emergió victorioso de un combate brutal contra la potencia de John Isner y el calor sofocante para clasificarse por segundo año seguido a las semifinales del Abierto de Estados Unidos.
En otro día en que las elevadas temperaturas atenazaron en el último Grand Slam de la temporada, el campeón de 2009 se impuso el martes por 6-7 (5), 6-3, 7-6 (4), 6-2. Del Potro se medirá ahora al número uno del mundo, Rafael Nadal, quien se recuperó de un estrepitoso inicio y se deshizo de Dominic Thiem tras casi cinco horas de partido por 0-6, 6-4, 7-5, 6-7 (4), 7-6 (5).
Pese a que cedió su primer set en lo que va del torneo, el argentino de 29 años fue aplicado y sólido durante todo el partido, al levantar todas las tres oportunidades de quiebre que dispuso su rival y sacar una abrumadora ventaja en el cómputo de errores no forzados, apenas 14 contra los 52 de Isner. Eso fue clave para neutralizar el bombardeo de 26 aces del estadounidense frente a los 14 de la “Torre de Tandil”.
“Vencer a John en esta clase de partidos es épico”, dijo Del Potro,
Antes, soltó un gemido al iniciar la entrevista a pie de cancha, donde se le consultó sobre cómo hizo al tocarle jugar 3 horas y media en una tarde en la que el termómetro registró temperaturas sobre los 32 grados centígrados (90 F), más una humedad cercana al 50%.
La noche previa, Roger Federer la pasó mal con el calor y la humedad al sucumbir ante John Millman, el 55to del ranking. Fue evidente que Isner sufrió más que del Potro.
“Sea cual fuera la humedad en las canchas afueras o en la ciudad, creo que fue peor en la central”, dijo Isner. “Nunca había visto sudar a Roger. Si sudaba mucho y tuvo que cambiar de ropa, pues ahí te fija que estaba bien húmedo”.
Isner contó que se cambió de camiseta 11 veces en el torneo, amén de tener una puñado de gorras blancas: “creo que he perdido entre 8 y 10 libras (más de 4 kilogramos).
A raíz del calor extremo, se aplicó la norma de una pausa de 10 minutos para que los jugadores tuvieran un respiro. Las condiciones fueron tan insoportables en el complejo que se tomó la decisión de suspender los partidos de juveniles durante varias horas en la tarde.
¿Qué hizo el argentino?
“Me duché, me cambiaron las cintas adhesivas de los tobillos, me tiré sobre una mesa y no tenía ganas de volver (a la cancha) por el calor”, relató Del Potro. “Es imposible jugar tenis”.
La buena noticia es que tendrá dos días para recuperar fuerzas antes de su cita de semifinales el viernes.
Del Potro se medirá al número uno del mundo en la penúltima instancia. Nadal doblegó a del Potro el año pasado en las semifinales en Flushing Meadows, y otra vez este año en las semis de Roland Garros y luego en cuartos en Wimbledon.