Sam Bradford abrió su segunda campaña en Minnesota con una buena actuación, y los Vikings derrotaron el lunes 29-19 a los Saints, para estropear el debut de su exastro Adrian Peterson con Nueva Orleans.
Bradford lanzó para 346 yardas y tres anotaciones.
“Cuando tengo tiempo de sentarme y reflexionar, siento toda la confianza del mundo en que nuestro equipo va a ganar”, manifestó el mariscal de campo.
Stefon Diggs logró siete recepciones para 93 yardas y dos touchdowns, en tanto que Adam Thielen acumuló 157 yardas con nueve atrapadas, para que Bradford le hiciera daño a una defensiva que volvió a lucir entre las peores de la liga pese a una reconstrucción.
El novato Dalvin Cook corrió para 127 yardas, ocupando el puesto que tenía Peterson.
Una vez que los Saints se fueron rezagando, perdió relevancia la pregunta de si Peterson lograría lucirse ante su equipo anterior. Fue limitado a 18 yardas en seis acarreos, compartiendo el puesto con Mark Ingram y Alvin Kamara.
También Drew Brees tuvo una actuación discreta con 291 yardas, fruto de 27 pases completos en 37 envíos. Las cifras fueron maquilladas por un intento tardío de remontar.
“No hicimos nada diferente ni tratamos de engañarlos”, dijo el linebacker de Minnesota, Anthony Barr. “¿Saben? Simplemente nos colocamos en la línea y jugamos. Hicimos nuestro trabajo”.
Coby Fleener atrapó el único pase de anotación de Nueva Orleáns, después de la pausa de los dos minutos. Will Lutz convirtió cuatro goles de campo, incluidos tres de menos de 25 yardas.
“La conclusión es que debemos anotar más touchdowns”, reconoció Brees.
Tanto Brees como Bradford están en su último año de contrato, con el mismo agente, Tom Condon, quien está seguro de que firmará convenios jugosos por ambos. Por mucho, Brees tiene el mejor currículum, tras nueve temporadas.
Pero Bradford se robó el espectáculo del primer lunes por la noche.