La advertencia de Rafael Nadal fue premonitoria: mucha gente se equivocaba al pensar que su rivalidad con Roger Federer se había extinguido.
Hace un año, cuando se encontró con su némesis para la inauguración de su academia en Manacor, Mallorca, Nadal insistió que volver a jugar con Federer estaba en el horizonte.
“No creo que nos hayamos olvidado de jugar al tenis… tengo la confianza y la creencia de que será así de nuevo”, afirmó el español.
Vaya que tenía razón el actual número uno del tenis masculino. Se han medido tres veces en el curso de esta temporada, en la que han acaparado los tres títulos de Grand Slam que se han disputado hasta ahora.
Federer venció a Nadal en la final del Abierto de Australia en enero, Nadal se consagró campeón por décima vez del Abierto de Francia en junio, y Federer ganó su octavo Wimbledon en julio.
“Es como si estuviéramos de vuelta en 2005”, bromeó el suizo Federer en la antesala del Abierto de Estados Unidos.
Un año después del encuentro en Mallorca, el último torneo grande la temporada palpita con la posibilidad de un 38vo capítulo de la saga Federer-Nadal en el Abierto de Estados Unidos.
Eso solo podría darse en una semifinal, aunque por lo pronto deberán sortear sus primeros obstáculos. Ambos debutan el martes: Nadal contra el serbio Dusan Lajovic y Federer frente al local Frances Tiafoe.
Nadal, de 31 años, manda en la rivalidad frente a Federer, 23-14. Pero el suizo, que a sus 36 años ha resurgido como nunca esta temporada, ha salido airoso en los últimos cuatro duelos.
Federer ha conquistado una cifra record de 19 títulos de Grand Slam. Nadal es segundo en la lista con 15.
“Lo que ha hecho Roger tiene a todo el mundo atónito y asombrado, incluyéndome”, comentó John McEnroe, campeón de siete grandes y ahora comentarista de televisión. “Es el gran favorito al título, y Nadal es el otro candidato”.
A su rivalidad le falta una cita en Nueva York. ¿Se dará?
Federer respondió sin ambages: “Nunca hemos jugado en Nueva York, así que sería divertido para todo el mundo, (pero) hay como 60 jugadores que se interponen entre los dos en nuestro lado del cuadro y que no están de acuerdo que debamos llegar a las semis. Tendremos las manos llenas”.
¿Y qué dice Nadal? Más sincero y pragmático, su predilección es no toparse con Federer. “Yo prefiero jugar contra otro. Alguien que fuera más fácil, si es posible, aunque entiendo que no es lo que ustedes quieran oír”.