La ciudad de Los Ángeles llegó a un acuerdo con líderes del Comité Olímpico Internacional que le abrirá el camino para convertirse en la sede de los Juegos Olímpicos de 2028, con lo que ceden los Juegos 2024 a su rival París, anunciaron funcionarios el lunes.
El trato convertiría a Los Ángeles en una ciudad tres veces olímpica, luego de ser la sede de los Juegos en 1932 y 1984.
Con el acuerdo, la ciudad realiza "un paso importante hacia el regreso de los Juegos a nuestra ciudad por primera vez en una generación", declaró el alcalde Eric Garcetti en un comunicado.
Garcetti lo llamó un "día histórico para Los Ángeles, para Estados Unidos " y para el movimiento olímpico.
El pacto se dio luego de una votación a principios de este mes del COI para buscar un acuerdo para otorgar las sedes de los Juegos de 2024 y 2028. París es la única ciudad que contiende por los Juegos 2024.
El consejo municipal de Los Ángeles y la junta directiva del Comité Olímpico de Estados Unidos revisarán el acuerdo para su aprobación en agosto. De ser aprobado, el COI, Los Ángeles y París podrían iniciar un acuerdo tripartito que permitiría al COI asignar simultáneamente las sedes de 2024 a París, y la de 2028 a Los Ángeles. El voto del COI está programado para septiembre en Lima, Perú.
Al aceptar lo que vendría siendo un premio de segundo lugar y una espera de 11 años, Los Ángeles recibiría un incentivo económico.
Bajo los términos del acuerdo, el COI incrementará los fondos para el comité organizador de Los Ángeles reconociendo el periodo ampliado de planeación y aumentando los programas deportivos juveniles que preceden a los Juegos Olímpicos. La aportación del COI podría superar los 2.000 millones de dólares, según funcionarios de la ciudad. Tal cifra incluye el valor calculado de los acuerdos de patrocinio existentes que serían renovados, así como nuevos acuerdos potenciales.
Los Ángeles y París eran las últimas dos ciudades en contienda después de un tumultuoso proceso que puso en evidencia la poca disposición de varias ciudades para asumir la carga econímica de albergar un evento que se ha convertido en un sinónimo de sobrecostes.