Final típica de polvo de ladrillo en uno de los típicos torneos de arcilla de la pretemporada a Roland Garros. Por un lado Rafael Nadal; por otro, Dominic Thiem.
Nadal, vigente campeón del ATP 500 de Barcelona se clasificó, por décima vez, para la final del torneo tras vencer a Horacio Zeballos por 6-3 y 6-4 en una hora y 34 minutos.
Nadal repitió el mismo guión que con el brasileño Rogerio Dutra Silva, en segunda ronda, y con el sudafricano Kevin Anderson, en octavos de final: arrancar con fuerza desde el inicio, romper el saque de su adversario y mandar en el parcial. Cuando Zeballos aterrizó en el partido, el mallorquín ya tenía ventaja de un set.
El argentino, número 84 del mundo, en la segunda manga se pareció más al que le ganó a Nadal en la final de Viña del Mar 2013, pero nunca pudo aprovechar los 5 break points que generó. Rafa sí.
A Nadal le bastó con ese regalo para cerrar el partido con el 6-4 del segundo y Zeballos se despidió de él haciéndo una 'selfie' como si fuera un aficionado más, antes de abandonar el estadio.
El nueve veces campeón de Roland Garros buscará su décimo "Conde de Godó" ante el austríaco Dominic Thiem y no será tarea sencilla.
El austríaco es uno de los tenistas que mejor se mueve en estas tierras y ante el número uno sacó lo mejor de sí para llevarse el match por 6-2 3-6 6-4 en dos horas y 16 minutos.
Cuarto cabeza de serie del torneo y noveno jugador del ranking mundial, llevó en todo momento la iniciativa del juego ante Murray, que acabó desalineado ante el potente repertorio de golpes de su rival.
Aunque hubo altibajos la victoria fue merecida y lo ubicó en su primera final en Barcelona. Thiem quiere el título y parece tener argumentos de sobra para alcanzarlo.