Las navidades familiares están llenas de hermosos encuentros, festejos y deliciosos aromas, colores y sabores. Por supuesto, no puede faltar en la mesa dos manjares que forman parte de la tradición decembrina: La famosísima Sopa Borracha y el Pío V.
Ambos se encuentran en Pastelería y Repostería María Elena, un negocio familiar, nacido en 1992, de manos de su fundadora María Elena Castillo.
«Cuando inicié mi negocio lo hice para mejorar mi situación económica. Comencé con una pequeña batidora, anduve comprando puertas para que me compraran queque (pasteles). Ahora es un negocio familiar. Inicie haciendo pasteles, pero al ver la demanda de otros productos, me vine formando y ahora hacemos todo tipo de postres, repostería, panes y en esta temporada elaboramos el Pío V y la sopa borracha», compartió.
Los resultados de un gran esfuerzo
El esfuerzo y el sacrificio ha tenido una gran recompensa: Pastelería y Panadería María Elena cuánta ahora con un taller donde laboran 10 personas, y una cafetería que brinda empleo a 4 personas más, aportando así a la economía de los hogares granadinos.
En el taller, hay un diferentes áreas: horneado, rellenado, glaseado, por mencionar algunas. Aquí ocurre la magia y se elaboran desde panes, hasta hermosas creaciones en pastillaje y fondant. Aquí, también, están listos los marquesotes, la base para el Pío V y la Sopa Borracha.
La Sopa Borracha se consume en diciembre, igual que el Pío V, pero también tenemos demanda durante el año. Nosotros usamos el marquesote, que es una torta a base de maíz. Ambos se bañan con una mezcla de vino, ron y miel. Se decoran con pasas maceradas y canela. En el caso del Pío V, agregamos atolillo encima de la torta, expresó Jorge Enoc Dávila, el chef pastelero que está al frente del taller.