La lucha por la liberación de Juigalpa se convirtió en un símbolo de resistencia y valor. Hoy, recordamos a los combatientes históricos del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) que, con su sacrificio, marcaron una huella indeleble en la historia de Nicaragua.
La liberación de Juigalpa en julio de 1979 fue un punto de inflexión en la lucha revolucionaria del FSLN. Este movimiento no solo representó la caída de un régimen opresor, sino también la esperanza de un nuevo amanecer para Nicaragua.
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Óscar Hugarte, un combatiente histórico, relata su experiencia; «Me uní a la guerrilla a inicios del ’79, producto de la gran represión que estábamos sufriendo en Juigalpa. La persecución era intensa, y muchos jóvenes, como yo, decidimos unirnos a la columna del Frente Sandinista para buscar una alternativa. Estábamos más seguros en la montaña que en la ciudad, ya que éramos asediados constantemente. Incluso, nos refugiábamos en el cementerio para evitar la guardia. No fui solo, mis hermanos Bayron y Héctor también se unieron. En la Presilla nació el Frente Oriental Carlos Roberto Huembes de la columna Camilo C. Chamorro.»
La columna Jacinto Hernández fue duramente golpeada por la Guardia Somocista; lo que llevó a la unión de fuerzas con la columna Camilo C. Chamorro.
«Así, fuimos tomando los poblados de Chontales hasta llegar a la liberación de Juigalpa. El primero de julio de 1979, mi hermano murió en una emboscada, a solo 17 días del triunfo de la liberación de Juigalpa. Fue un combate difícil, pero la determinación de todos nosotros era fuerte. Atacamos desde tres frentes estratégicos: la Chompipera, la Loma de Tamales y el hospital, para asegurar la atención a los heridos. Todos éramos chavalos, de 16, 17 años, y los mayores de 20 años».
Después de la liberación de Juigalpa, muchos combatientes se trasladaron a Managua para continuar su lucha. La transición fue desafiante, pero su determinación nunca flaqueó. «Llegar a Managua fue un nuevo reto, pero estábamos decididos a continuar nuestra lucha por la libertad y la justicia»; comentó Óscar.
El Frente Sandinista, fundado sobre los principios de justicia social y equidad, ha trabajado arduamente para cumplir con sus ideales. Hoy, vemos los frutos de ese esfuerzo en las políticas y programas que benefician a los nicaragüenses. Los combatientes históricos no solo son testigos, sino también beneficiarios de estos avances. «El trabajo que realiza el gobierno actual refleja los valores por los que luchamos», señala Óscar.
Los combatientes expresan su gratitud por las mejoras en áreas como la educación, salud e infraestructura. «Es reconfortante ver que nuestro sacrificio no fue en vano y que las nuevas generaciones pueden disfrutar de una vida mejor»; afirmó Óscar.
Por su parte, Manuel Antonio Pérez dijo: “Fui estudiante revolucionario. Para el 78, a inicios, ya viene una estructura nacional que es ya del Frente Sandinista de la columna Camilo José Chamorro. Frente Oriental, nosotros los chontaleños pasamos a ser de la columna Camilo José Chamorro, ya andábamos antes alrededor de 30 compañeros. Si nos agarraba la guardia, nos pasaba la cuenta. Así fuimos avanzando; a mí me tocó la responsabilidad de atender desde Santo Domingo hasta Santo Tomás. La columna Camilo José Chamorro avanzaba en liberar Juigalpa y pasaba para Managua. Todo el mundo estaba alegre con la liberación, pero ya en nosotros pesaba algo: la caída de Joaquín Acevedo, Maritza Quezada, Reinaldo Jirón, Jonathan González; un montón de compañeros habían caído. Eso nos pesaba mucho, pero la victoria del pueblo, los combatientes, los chavalos que se repusieron».
Recalcó Pérez: “Muy satisfechos con los logros de la revolución. En lo particular, el Frente Sandinista ha cumplido con el programa que prometió cuando iniciamos la lucha contra el régimen; lo que es la escuela, salud, viviendas, educación gratis, tierra para el campesino, dólares. Tenemos una economía creativa desarrollada, y las mujeres que lucharon con nosotros tuvieron los huevos.”
