Con gran cariño entre llanto y un cumulo de sentimientos, la familia, amigos y autoridades de Ocotal despidieron a doña María Elba Paz Flores; ciudadana muy querida por el pueblo ocotaliano.
La querida empresaria a sus 87 años partió físicamente dejando un hermoso legado a su amada familia en Ocotal. Era conocida y apreciada como mujer emprendedora que crio a sus hijos e hijas con honradez, esmero y dedicación.
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En el corredor de la biblioteca Adolfo Vargas, la tarde de este lunes 1 de agosto, las autoridades municipales y políticas de esta cabecera; le rindieron homenaje póstumo de cuerpo presente a doña María Elba Paz Flores, madre Laura Sofía Olivas Paz, Héroe y Mártir de la revolución.
“Hoy la estamos despidiendo físicamente, en un momento difícil para la familia; pero conservando los buenos recuerdos de nuestra querida María Elba Paz Flores. Nuestro cariño y solidaridad a toda la familia en nombre del Frente Sandinista”, expresó Lesther Martínez, representante del gobierno en Ocotal, Nueva Segovia.
Doña María Elba Paz Flores con 55 años en su negocio «Panadería Paz Flores», uno de los de mayor referente histórico; recientemente recibió junto a otros dueños de negocios el reconocimiento a la “Persistencia, Laboriosidad y Tenacidad de las Familias Nicaragüenses”. Esto de parte de las autoridades municipales en Ocotal.
Luego del homenaje los restos mortales de doña María Elba Paz Flores fueron acompañados por los presentes hasta su última morada; en el Cementerio de la localidad.
“Se va un gran tesoro de la familia, pero debemos saber que el legado de esta gran mujer el desafío a sus hijas; que también son penconas para continuar su legado”, dijo el pastor evangélico, reverendo Marcos Pérez Luna. Esto al encomendar la vida de doña María Elba a la tierra con la bendita esperanza de que así como llevó la imagen de la Cruz en lo terrenal; también lleve la imagen de Jesús en lo celestial.
Hizo rogativas a Dios para que reine la calma y la paz en los corazones y elevar la mirada “más allá de la sombras de este mundo; hasta ver la luz brillante y eterna de la vida junto al Padre celestial donde moran los redimidos por la obra de la Cruz”; concluyó en la oración final de despedida en Ocotal.