En horas de la mañana del jueves 17 de junio, en el Sistema Penitenciario de Estelí; se realizó una actividad donde entregaron estímulos a presos y presas por su buen comportamiento.
Estar cumpliendo una condena por algún delito cometido los separa de la sociedad. Pero las rejas para los privados de libertad del sistema penitenciario regional en Estelí no fue una barrera para ser hombres y mujeres de bien.
«Doy primeramente gracias a Dios y a las autoridades por que nos permiten participar de estos espacios de recreación, inclusión y de preparación a la reinserción social. Este estímulo nos permite tener una visita extra de nuestros familiares y también cartas de recomendación por buen comportamiento»; mencionó Wendy Lagos.
«De esta manera nos sentimos muy motivados a ser mejores personas y el día de mañana que salgamos de este lugar devolver ese amor a la sociedad”; afirmó Lagos.
Derechos también para los presos y presas
La Ley 473 de la constitución política de Nicaragua tiene como propósito ejecutar las penas y medidas cautelares, tales como control, reducción, seguridad y la reinserción social; por tal razón los reos que han sido integrados en las áreas laborales y educativas recibieron un estímulo por su buen comportamiento.
«Estamos entregando estímulos a 108 presos en nuestro establecimiento penitenciario que están en tratamiento educativo con el equipo interdisciplinario. Esta es la oportunidad de un cambio de conducta, nuevos aprendizajes y el beneficio de poder reinsertarse a la sociedad con una mentalidad mas positiva»; refirió el alcaide René Vargas.
«Hoy de acuerdo a lo que establece nuestra ley 473, en el artículo 173; se entregan los estímulos personales y colectivos que son dedicados a aquellos privados de libertad con buena disciplina y que participan en cada una de las labores que se hacen en los establecimientos penitenciarios», concluyó.
Estas prácticas están contribuyendo para que estas personas tengan una mentalidad positiva y los prepara para responder en un ambiente laboral.
Nota elaborada por: Jairo Leiva