Hablar de Masaya es hablar de arte, de cultura y tradiciones, una pieza esencial en la vida de este pueblo es el huipil. Este era un atuendo dominguero; hoy en día utilizado para la danza, depende de la localidad sus características.
El maestro Jairo Arista, reconocido Folclorista, dice: hablar del huipil es hablar de una palabra Naualth que es una prenda de vestir, en la dama una blusa, una falda y un rebozo; en el varón, una cotona, un sombrero, un pantalón, su sombrero, su collar de ojo de buey, su parafernalia de la indita. Hablar del huipil es hablar verdaderamente de un vestuario que ahora de acuerdo a las regiones y municipios tienen de acuerdo a sus creencias; costumbres y tradiciones, pero en realidad cada quien tiene su vestimenta, indumentaria propia de su región.
Mantener el vestuario ancestral es una gran labor, pues requiere de compromiso, la familia Centeno en Monimbo resguardan el huipil; representando el traje autóctono.
«Estamos luchando, a veces se aparece un traje así y no, aquí se hace el nuestro, este traje tal cosa, por eso mi esposo le puso al grupo lo nuestro; este traje es de cuando la indita hacia su traje y lo enjaretaba (técnica de costura) no existía las cintas; no existían los colores, ya después con la venida de los españoles trajeron los colores, las cintas. Este era el que la indita era para dominguera cuando las inditas se maquillaban con achote, que hacía dos funciones para maquillar y cocinar», dice doña Argelia Soza.
Cultura de Masaya
Este 2023, el Gobierno de Nicaragua declaró al huipil como patrimonio inmaterial, artístico y cultural de la nación, decretando el 08 de septiembre como día nacional del Huipil; esto es otro motivo de orgullo para la ciudad creativa, Masaya.
El huipil originalmente era de manta cruda, el color crema, pero debido a los altos costos y que ya la variedad de tela no venían como es; entonces se incursionó en los que es el dacrón de variados colores y somos la única familia que a pesar de que se hace el verdadero huipil todavía practicamos el almidonado y planchado eso es muy importante porque muchas personas que se dedican al textil vestuario no lo hacen de esa manera; entonces es como un valor agregado esa labor quedo a cargo de mi mamá desde el año 1987 dice Elena Centeno hija del recordado folclorista y maestro de generaciones Carlos Centeno
De esta forma, hoy en día nace de la inspiración de artesanos la elaboración de Huipiles inspirados en la fantasía, se motiva la economía, pero además se mantiene vivo el legado ancestral.
«Elaboro cotonas, huipiles, trajes de mestiza, trajes de trencilla, para bailes de negras, he incursionado en el mambito religioso, con vestidos para imágenes; angelitos. Para nosotros, como Masaya como cuna y capital del folclore, como patrimonio inmaterial que fue declarado el huipil; es una noticia muy grata y emocionante de que se está rescatando una vestimenta que ha venido perdiendo. Es interesante que se le dé un valor patrimonial, ya que puede venir alguien de afuera o nosotros y andarlo lucirlo de manera cotidiana»; dijo Fabricio Dávila Vallecillo.
El Masaya nace con el son de la marimba y por lo menos en cada hogar se resguarda un hermoso huipil.