La mujer nicaragüense es ejemplo de lucha, fortaleza y trabajo; las madres en el campo son un digno ejemplo de esto.
Desde que su esposo se enfermó, Navy Siesa se encarga de la producción de su finca para así llevar el sustento a su hogar, ha sembrado más de dos manzanas de tierra y la llegada del invierno avecina que tendrá una buena producción.
"Tengo mangos de rosa, limones, aguacates, mango, níspero, yuca, jocotes, todo eso yo lo vendo en el pueblo; lo que es jocote, mango tajadiadito, yo lo llevo a la casa, ahí me sustento, porque mi marido ya está bastante avanzadito. Mi levantada es a las 4 de la mañana vengo a cortar mis jocotitos, mi mango y lo salgo a vender al pueblo", relató la madre de familia.
"Esta es una bendición de Dios, lo primero mi tierra, antes trabajamos y medio vivíamos, ahora no es que vivamos en grande pero no nos hace falta el arroz y los frijoles", agregó Siesa.
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Este invierno es considerado próspero para los agricultores; las primeras lluvias dicen las mujeres de Tisma, una tierra variada en producción, son una gran bendición.
Enseñanzas valiosas
Doña Esperanza Varga ha enseñado a sus hijos que el trabajo dignifica, junto a ellos ahora se encarga de la producción de plátanos.
"Sacamos el producto a Masaya, voy a Tipitapa a vender, voy en acompañamiento de mi esposo, aquí están viniendo a comprar el producto. Con el problema de esa pandemia que está pasando están comprando aquí, estamos bien, le pedimos a Dios sigamos adelante. Yo voy al mercado de Tipitapa, mi otro hijo va a Masaya, mis hijos trabajan las tierras, mis nietos a la par de sus padres porque eso se les ha enseñado a trabajar en unión", destacó la agricultora, Esperanza Varga.
Cosecha variada
"Tenemos ayote, pipián, maíz y el plátano, sacamos día de por medio el producto, lo que es ayote y pipián pero el plátano se saca diario porque están viniendo aquí a comprar, llaman por encargo; diario se saca 1 mil o 1 mil 500, conforme los encargos porque los clientes que vienen son de Managua de aquí de la zona y de Tipitapa", mencionó Vargas.
Vargas destaca que su familia es numerosa y que de la tierra que siembran se sustentan nueve personas, que con esfuerzo todo el año se dedican a la siembra y aunque son tiempos difíciles para el mundo dicen estas madres que la tierra no ha dejado de producir y son ellas quienes se encargan de llevar el producto fresco a los mercados.