Con fe, tradición y religiosidad se realizó la tradicional procesión de los Tilines, en Altagracia, Isla de Ometepe, una costumbre de cientos de años que nació de la fe y el amor al todo poderoso.
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La colorida procesión como todos los años salió de la parroquia San Diego de Alcalá y recorrió las principales calles de la localidad.
Según los lugareños, expresaron que las personas que participan en esta arraigada tradición religiosa lo hacen como una forma de pago ante un milagro recibido, estos promesantes usan vestimenta color roja, una pañuelo para tapar sus rostros y una matraca para hacer ruido durante recorrido.
"Ellos van marcando la ruta por donde va a pasar el santo, ellos le piden algún milagro a Dios, entonces ellos disfrazándose de Tilines pagan ese milagro, es como un ofrenda que se hace con mucha fe y devoción", mencionó doña María Narcisa Alemán, quien apreció la procesión desde la acera de su casa.
Los Tilines pasan por la casa de doña Magdalena Gutiérrez, una fiel devota católica que año con año reparte la popular chicha de jengibre, entre las personas que asisten al viacrucis, resaltó que Ometepe y todo el pueblo de Nicaragua está de rodillas clamando a Dios, para que les proteja de todo mal y adversidad.
"Sabemos de la emergencia que está pasando todo el mundo, esta es una tradición que no se puede perder, a pesar de todo lo que está pasando, Dios nos va a proteger, no nos va a pasar nada en el nombre de Dios", dijo doña María Magdalena Gutiérrez, tradicionalista de los santos viacrucis.
Es de esta manera que las familias conmemoran la vida, pasión y muerte de Jesucristo, el salvador del mundo, que murió por nuestros pecados, los Tilines son una expresión cultural original y única en toda Nicaragua.