El trabajo es tu digno laurel, dice don Fernando Valle, quien se gana la vida trillando, un oficio que aprendió de sus padres.
Este humilde señor de la comunidad de Balgüe heredó una maquina que al paso del tiempo se ha vuelto obsoleta, sin embargo, esto no ha sido obstáculo para que don Fernando aproveche la herencia que de generación en generación ha pasado por su familia.
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"Con el trillito nos mantenemos la familia, con este motorcito pagamos la luz y compramos cositas de uso básico, este trillo era de mi abuelo, el se lo heredo a mi mama y mi mama me lo heredó a mi", dijo don Fernando.
Este trillo tiene casi 100 años, el gobierno nicaragüense a través del Ministerio de Economía Familiar lo benefició con un préstamo que le sirvió para la compra de piezas para el trillo que anteriormente ya estaban obsoletos, de esta manera echó a andar su idea de negocio, con el que hoy se gana dignamente el pan de cada día.
Este trillo beneficia a la comunidad de Balgüe evitando a los clientes recorrer largas distancias para trillar el arroz que ellos mismos producen, acá también se muele maíz y cacao y los precios son muy económicos.
"Bueno e importante para los turistas y visitantes que vienen aquí a moler su maíz y a trillar el arroz que compran a los productores, a la comunidad le ayuda mucho porque ya no tenemos que andar buscando otro trillo", comentó Leticia Robledo, una de los fieles clientes de este trillo.
Emprender y salir adelante si se puede, esta es una historia de inspiración para quienes se quieren atrever a ser parte del mundo competitivo de los negocios, quien no arriesga no gana, aproveche las herramientas que el gobierno nicaragüense le pone en sus manos para salir adelante y mejorar su calidad de vida.