Chinandeganos conmemoran a sus fieles difuntos

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El 2 de noviembre, día de los fieles difuntos despierta un gran interés en las familias nicaragüenses, quienes asumen esta fecha como un día especial para honrar, recordar y celebrar a quienes ya partieron de este mundo pero que aún mantienen vivo en sus recuerdos. 

Concepción Rodríguez, visita la tumba donde descansan los restos de su hija, y padres, “aquí a este campo santo vamos a reunirnos todos algún día, vengo seguido a limpiar la tumba y a dejar flores, pero esta fecha, es especial para compartir con cariño y amor el día con ellos“, dijo.

En el cementerio municipal de Chinandega, Conny Campo, recordó con admiración a quienes la criaron y le formaron. 

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“Uno los recuerda siempre, hay que venir a orar por el alma de ellos, mis padres y hermano caído. Todos los años lo hago como una tradición venir a las 7:00 de la mañana hasta las 4:00 de la tarde, porque ellos me dedicaron toda una vida y con este tiempo que les dedico no les pago ese amor infinito que me dieron, decirles que los recuerdo siempre”, expresó Campo. 

Acompañada de su hijo, nietos y hermana llevaron flores a las tumbas donde están sepultados varios miembros de su familia, y rezaron una coronilla por las almas de sus fieles difuntos. 

Recuerdos y nostalgia

Pero la tradición va más allá, para la corinteña Petronila Chávez,  la familia pasan todo el día en el campo santo, llevando música y la comida preferida de Nicolasa Zepeda, a quien sepultó en octubre del año pasado. 

“Venimos preparados para pasar todo el día, con mi mamá a quien amo y recuerdo mucho, ella siempre estuvo a mi lado. A ella le gustaba el marisco, y hoy he traído cóctel de concha porque le encantaba comer en familia", destacó Chávez.

Chávez recordó que su madre siempre le inculcó buenos principios, amor a Dios, y al prójimo.

“Ahora que no está con nosotros, quiero decirle que extraño sus consejos y los momentos que compartimos siempre; ella fue única y nunca nos desamparó” 

El campo santo, es probablemente el lugar más emblemático para celebrar el 2 de noviembre, cuando los panteones se llenan de flores, música, dulces, comida tradicionales, y reúne a familias enteras.