A unos 90 kilómetros al noreste de la ciudad de Managua, en el occidente de Nicaragua, se encuentra una de las tradiciones más antiguas de la tierra de lagos y volcanes.
"Los tambores andan avisando para que vaya la gente a La Fajina", explica Miriam Josefa Bolaños, habitante de Sutiaba, en León.
"Cada año, un mes antes del 2 de noviembre, son cuatro fajinas en el mes", destacó Carlos Muñoz, participante de La Fajina, una tradición heredada por los ancestros. "Esa tradición se hace todos los años cuando vamos a ver a nuestros deudos, vamos hacer las limpiezas", dijo Sergio Mercado, otro participante de La Fajina, que consiste en hacer limpieza en camposantos previo al 2 de noviembre.
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Esta actividad en los cementerios da inicio a las 4 de la madrugada en víspera del Día de los Fieles Difuntos.
"Mi papá me traía a mí, desde pequeño, tenía como 5 o 6 años, y así se ha quedado la tradición, ahora yo pretendo hacer eso con mi hijo, para buscar que no se pierda lo que es la tradición de los Sutiaba", destacó Marcos Urcuyo.
Tradición de generaciones
"En lo que se está haciendo La Fajina los tambores tienen que estar tocando, no se ha perdido esta tradición desde hace varios años. Tengo 74 años y yo estaba como de 10 años cuando yo venía con mi padre a limpiar a La Fajina", agregó Don Adolfo Cecilio Rojas, miembro de la directiva del cementerio de San Pedro, en Sutiaba.
Durante el trabajo, las mujeres que no pueden hacer labores de limpieza, llevan chicha, pozol y café.
"Yo tengo más de 20 años de venir, nosotras tenemos que cooperar con las personas que andan trabajando, ya que yo no puedo venir a trabajar, entonces mí cooperación es venir a dejar algo que tomar", expresó Juana Urbina.
La Fajina de los cementerios deja todo listo para este próximo 2 de noviembre, cuando las familias nicaragüenses conmemoran a sus fieles difuntos.
