Cientos de fieles católicos hicieron votos por la paz de Nicaragua, en la tradicional Lavada de La Plata, actividad religiosa que se celebra en la capital de las peregrinaciones en El Viejo.
Delegaciones de peregrinos llegaron del interior del país, y del exterior para participar de la Lavada de La Plata, una tradición religiosa que se celebra cada 6 de diciembre, en el Santuario Nacional Mariano en la ciudad de El Viejo – Chinandega.
Previo a la Lavada de La Plata, se celebró la misa pontifical presidida por el Cardenal Leopoldo Brenes, y el obispo de León, Bosco Vivas, quienes dirigió la homilía dedicada a la humildad y santidad de la Virgen.
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El Cardenal Brenes, indicó que se ha orado por Nicaragua, “Nosotros tenemos que ir marcando pautas para ir saliendo adelante, creo que no vamos a pasar toda la vida en esta situación”.
Además, dijo que se mantiene pendiente de la salud del Padre Mario Guevara, atacado la tarde del miércoles con líquido sulfuroso en su rostro.
El antiguo templo católico, estaba abarrotado de fieles y devotos quienes, en un acto de fe y amor llegaron a saludar a la venerada imagen Inmaculada Concepción de María, por los favores recibidos.
Después de la eucaristía, los fieles limpiaron con pedazos de trapos o algodón los tesoros de la Virgen que datan del tiempo de la colonia, como un sentido espiritual que ayuda a purificar el corazón o el alma, o curar enfermedades.
El doctor Carlos Vip, originario de la ciudad de León, explicó que la Basílica estuvo a cargo de los Frailes Franciscanos desde hace más de 400 años, época que inculcan al pueblo de limpiar los vasos sagrados del templo para que estuvieran resplandeciente para la fiesta de la Virgen el 08 de diciembre, pero además le infundieron que, con la confesión, el sacramento y la comunión podían lavarse el corazón y el alma.
Hilda Bustamante, de 86 años, llegó desde Managua, como todos los años llevó su pañuelo para limpiar las piezas de plata, un rito que hace desde que era niña.
“La tradición la sigo desde mi abuela y mamá, con quien venía, a ver a la Virgen para que la sanara de sus males, recuerdo que después de la misa nos quedamos limpiando el metal con algodón. Hoy llevo este pañuelo el que mantendré guardado para ponérmelo cuando tenga algún dolor en cuerpo y que por gracias a la Virgen sé que sanaré”, manifestó la religiosa.
En los alrededores, se instalan promesantes que reparten tiste y cosa de horno a los visitantes, que vinieron a esta Basílica a rendir tributo a la Patrona de Nicaragua y primera Virgen de veneración pública del país.
Una de ellas, es la familia Gámez, oriundas de El Viejo, “por los favores recibidos mi mamá le prometió a la Virgen que todos los años prepararía tiste con cosa de horno, para los peregrinos que vienen a visitar a la Virgen de la Concepción. Este año preparamos para 400 jícaras de tistes”.
Otro acto de fe que se vive en esta celebración es la bendicen el agua con la corona de la Virgen para que las familias lleven la paz a sus hogares.