Los campos reverdecen en el fértil Valle de Jalapa donde los productores como doña Santos Irene Izaguirre con mucho entusiasmo y esperanza realizan sus labores agrícolas para la cosecha de frijoles con la fe en Dios que la producción sea buena.
“El invierno ha sido bueno y podemos decir que la siembra va excelente y así mismo esperamos que la cosecha sea excelente”, expresó la productora para tn8.
Doña Santos Irene organizada junto a otros 7 productores trabajan un banco comunitario de semillas criollas climatizadas y mejoradas que surge de una alianza con el Gobierno Central y China Taiwán desde el año 2010. “Ahorita estamos trabajando en la siembra, limpia, fumigación para posteriormente pasar al apogeo, es decir el arranca, aporreó, echar en saco y embodegar”, explicó.
Santos se mostró agradecida con Dios y el Gobierno por el apoyo recibido a través del convenio con China Taiwán “nos vino una buena bendición que no hemos comprado abono, ni veneno porque el paquete vino completo hasta con mochila para fumigar, todo listo solo para poner manos a la obra”, dijo muy contenta la productora jalapeña.
Desde hace 4 años este pequeños grupo de productores vienen trabajando en un proceso de Fito mejoramiento participativo, que trata de la selección de plantas de semillas criollas para mejorarlas y tener una diversidad que les permita calidad, mayor rendimiento y mercado, informó Carlos Alberto Rivas, funcionario del Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuaria (INTA) en Jalapa.
Así mismo Rivas mencionó el trabajo que realizan con la variedad INTA sequía precoz, que se adapta a las condiciones del cambio climático de la zona “hemos tenido muy buena experiencia con este grupo de productores y creemos que obtendremos buenos resultados en esta parcela”.
Agregó que el INTA brinda acompañamiento técnico a los productores a quienes facilitan las semillas y los insumos necesarios en el marco del convenio con China Taiwán.
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Unos 30 quintales es el estimado de producción para la siembra de postrera, y que la comercialización en el mercado pueda seguir desarrollándose junto a la economía de las familias campesinas. “La esperanza es que Dios ponga su mano y haya paz, porque no hay cosa más linda que tener paz”, subrayó doña Santos Irene Izaguirre.