En el barrio La Comuna, de Estelí, habita Ruth Abigail Mairena, quien trabaja de lunes a viernes junto a su hermano Samuel en un taller de mecánica llamado El Milagro. La joven, de 21 años de edad, estudia Contaduría Pública los sábados en la UNAN- Managua – FAREM Estelí.
Ruth señala que fue por pura necesidad que aprendió y decidió trabajar en lo que por siglos ha sido considerado un trabajo meramente para el sexo masculino.
El taller lo nombraron como "El milagro" debido a que su hermano Samuel sobrevivió a un aparatoso accidente de tránsito y esa fue una de las razones por las que decidió apoyarlo en el taller, además porque necesitaban obtener más ingresos.
"Con este trabajo, adiós glamur? Pues la verdad no es así, para todo hay tiempo, para el glamour a como dice usted. Cuando estoy aquí no hay nada de eso, pero cuando toca es momento de lucirse", acotó la joven, quien al momento de nuestra visita lucía una camiseta color negra y unos jeans azules y deportivos.
"De lunes a viernes soy mecánica y los sábados voy a la universidad, pues estudio y este año voy para tercer año de Contaduría Pública en la FAREM – sede regional de la UNAN Managua – y espero poder sacar esta carrera para quedarme dirigiendo este taller y dar oportunidad a otros que aprendan para que salgan adelante, pero yo le digo a mi hermano que me gusta esto, no me gustaría dejarlo", agregó.
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Mientras su hermano Samuel realiza gestiones, como comprar repuestos para la reparación de los vehículos de dos ruedas, ella está recibiendo y reparando las que llegan, pues hay que entregar lo más pronto posible cada trabajo que les fue confiado.
La señora Teresa Centeno Herrera, madre de ambos jovencitos, señala que para ella ha sido algo difícil, al principio, debido a que no es muy común que las mujeres realicen este tipo de labor, "me daba pesar porque ella se llena las manos de grasa y se maltrataba las uñas, el hermano le compraba guantes pero después dejó de usarlos y ahora hay (allí) pasa entretenida, hasta cantando la oigo cuando está trabajando en esas motos. A mí me gusta que estén junto porque así los apoyo en todo lo que yo pueda", destacó.
Sus clientes indican que al principio se sorprendieron, pero que ahora ya es algo normal, "cuando vine la primera vez me sorprendí cuando la vi y fue ella quien me recibió la moto y yo pensé: ¿cómo es posible que sea una jaña (mujer? Pero ya después me di cuenta que ella trabaja muy bien y yo garantizo que hace un trabajo al cien por ciento de bueno, creo que por ser mujer no debemos menospreciarla porque ella puede igual a todos", destacó Eddy Martínez, cliente del taller "El milagro".
La mecánica es un trabajo que ha sido considerado por siglos solo para varones, pero al consultar la opinión de algunos estelianos señalaron que no importa qué tipo de trabajo sea pues tanto hombres y mujeres somos capaces de hacerlo. Glenda Benavides, una joven esteliana, destacó que "eso deja en evidencia que podemos y que si nos lo proponemos lo podemos lograr nosotras, como mujeres; además que somos muy capaces y que somos iguales".
Por su parte el joven Yasser Ruíz señaló "para ejercer una profesión o un oficio así creo que no se necesita género, al menos yo no la pensaría en llevar mi carro o mi moto a que lo revise ella, no veo diferencia en que sea mujer u hombre, con que lo repare bien, no hay problemas".
Ruth Abigail Mairena es un ejemplo para sus amigos y para la juventud, ella confirma que cuando se quiere se lograr algo, no importan las adversidades y que ningún trabajo está destinado a un solo género.