Con mucho fervor mariano, el Obispo de la Diócesis de León dio por iniciado este miércoles el novenario de las fiestas en honor a la Santísima Virgen de la Inmaculada Concepción de María. El rezo fue presidido por Monseñor César Bosco Vivas Robelo, quien se mostró contento por empezar la novena en la majestuosa Catedral de la Asunción.
“Esperamos con tanta ilusión los nicaragüenses, no solo de niños, sino también lo puedo decir por la experiencia de toda una vida, ya de mayor, incluso, son fechas que nos enternecen el corazón, nos animan a ser mejores, porque nos hace saber estas fiestas que no estamos solos, que la Virgen que es Madre nos acompaña, nos protege y con su ayuda podemos contar siempre para levantarnos si tuvimos la desgracia de ofender a su hijo, el Señor, para reconciliarnos con Él y para vivir en paz, también con todos nuestros hermanos, sean quienes sean. A todos tenemos que abrazarlos hoy, con cariño y durante estos días por amor a la Virgen, sabernos perdonar y caminar juntos hacia el progreso”, expresó el Monseñor.
El Obispo aseguró que estas fiestas de la Inmaculada Concepción son un patrimonio para todos los nicaragüenses, “no solo del país, sino un patrimonio de la humanidad, incluso hace algunos años se intentó que se reconociera estos festejos como patrimonio de la humanidad, la idea no ha sido abandonada por cierto, de tal modo que este reconocimiento de patrimonio nacional puede ser como un primer paso para que estas fiestas lleguen ser reconocidas como un tesoro para el mundo, de tal manera que, aprendamos de estas fiestas nicaragüenses a celebrar con fervor las cosas espirituales, las cosas de Dios”, concluyó.
“Yo espero todos los años como los niños la iniciación de la Purísima, al igual de las posadas el 15 de diciembre. Me gusta la tradición, además de tradición, me gusta la celebración y que los padres les enseñen a sus hijos a respetar las cosas de la Iglesia, lo que significa la Virgen María”, dijo Ana Cecilia Malta, feligrés.
Este próximo 7 de diciembre se celebra la Purísima con el grito de: "¡¿Quién Causa Tanta Alegría?!, ¡La Concepción de María!"