Familias visitan a sus deudos en el antiguo cementerio municipal de Chinandega

El Día de los Fieles Difuntos es una de las celebraciones más importantes en nuestro país, es una ocasión dedicada especialmente a los que ya no están, en conmemoración a esto miles de personal llegaron al antiguo cementerio municipal de Chinandega para honrar a sus deudos

El cementerio municipal de Chinandega, construido aproximadamente a finales del Siglo XVIII, cuenta con tumbas muy antiguas, donde fueron sepultados legendarios personajes de la ciudad entre estos, Francisco Morazán, Efraín Tijerino Mazariegos, Alberto Gómez, las hermanas de la congregación Josefinas, Rafaelita Díaz de López, entre otros personajes y miles de residentes.  

La primera tumba fue construida, el 28 de marzo de 1885. Hoy en día ocupa más de 20 manzanas, y alberga unas 30 mil tumbas con construcciones más sencillas, y modernas que simbolizan la imagen humanitaria y profesional del personaje fallecido. 

Nombrarlos a todos podría llevar horas, sin embargo, logramos encontrar la de algunos famosos, como la tumba de la altruista Rafaelita Díaz de López y la del pelotero chinandegano Cesar Díaz, quien falleció hace seis meses.   

Nandaimeños se desbordan a cementerio municipal para honrar a sus deudos

La difunta Rafaelita Díaz de López era una mujer caritativa que ayudaba al pobre y al mendigo, sobre su tumba fue colocada una estatua de mármol que simboliza su obra caritativa, dándole pan a una mujer que pide limosna junto a su hijo. 

Al este del campo santo encontramos la  tumba del pelotero chinandegano César Díaz; María Teresa Hernández, manifestó que la pación de su hijo César era el béisbol, “él dijo que llegaría  a la primera división y lo logró con mucho esfuerzo y dedicación pero su triunfo fue muy corto. Su tumba simboliza esa pasión al deporte rey de Nicaragua. Por eso su hermano pinto en el respaldar de la tumba, los logotipos de los equipos donde jugo: Los Tigres del Chinandega y Los Naranjas, con los número 3 y 10 que tenía asignado, un pasaje bíblico que usaba en la gorra de su uniforme, y dimos a tallar de concreto la pelota y el bate  con su nombre y más adelante vamos a grabar sobre la grama el campo de beisbol”, dijo Teresa Hernández, entre sollozos.  

Cristina Soledad Jarquín lleva 34 años trabajando como panteonera, cuenta que las primeras bóvedas que fueron construidas en la primera calle del campo santo son de piedra cantera, mármol y puertas de hierro, pertenecientes a familias pudientes de la ciudad, y a lo largo de los años  se han venido construyendo tumbas más sencillas.

Estima que en cada tumba hay más de cinco difuntos. “Por ejemplo en la mía tengo 17 familiares fallecidos, desde los antecedentes de mi abuela” aseguró. 

Las velas, oraciones y las obsequias de ramos de flores son parte de las acciones representativas a nuestros fieles difuntos, el 02 de noviembre miles aprovechan para visitar todo el día a sus deudos en este campo santo, que desde hace días el gobierno municipal junto a las autoridades policiales, bomberos y personal de salud trabajaron en un plan para brindar seguridad a las familias chinandeganas y vendedores.