Después de varios días de las intensas lluvias que azotaron Nicaragua, las historias salen a flote en el sector de Ochomogo, donde algunas familias lo perdieron todo como el caso de la señora María Magdalena Molina que hoy no tiene donde habitar, ya que el río se le llevó todo.
Ella habitaba en la comunidad San Antonio junto a sus siete pequeños vástagos los cuales están albergados en el colegio Lily Pedroza. Hoy apela por ayuda para comenzar de nuevo.
Casas llenas de lodo, pozos llenos de agua sucia, letrinas destruidas, casas semi destruidas es parte del panorama que se vive en la zona.
Una pareja de ancianos, entre ellas doña Matilde Ocón, dan gracias a Dios por que una familia se apiadó de ellos a tiempo sino la historia fuese otra, ya que ellos se encuentran muy enfermos y estaban con el agua en la cintura.
Otros arriesgaron su vidas con tal de llegar hasta donde estaban sus hijos, tal es el caso de Eliza Morales, quien estaba trabajando en Managua y le llamaron por teléfono por lo que viajó a Nandaime, logrando llegar hasta un retén a más de un kilómetro de distancia antes de llegar a Ochomogo porque el agua había pasado sobre la carretera, pero aún así se aventuró a pasar hasta ser arrastrada por la corriente. Según su relato, un policía logró auxiliarle y montarle en un furgón que pasaba para poder llegar a Ochomogo y así ver a su dos niñas, ya que su casa estaba totalmente anegada de agua y sus enseres ya se los había llevado la corriente.
El ambiente que ronda estas comunidades a orillas del Río Ochomogo es bastante triste ya que algunas personas lo perdieron todo. Sin embargo las esperanzas son las últimas que se pierden, la ayuda de la población de Nandaime no se ha hecho esperar y están llegando con sus donaciones hasta cada uno de los albergues, además las autoridades edilicias están buscando la forma de cómo ayudar a estas personas y no dejarlas desamparadas en este momento tan delicado.