Cada 14 de agosto, las familias católicas rindieron honor a la Virgen de La Asunción al celebrar la Ceremonia del Cirio, junto a las autoridades eclesiásticas y del gobierno municipal en la ciudad de Ocotal, departamento de Nueva Segovia.
Al igual que el año pasado la imagen engalanada con esmero era cargada en hombros por hombres y mujeres, acompañados del pueblo mariano impregnado de amor hacia la madre de Jesucristo, hasta llegar al tradicional arco de frutas en la conocida esquina de donde la Lucilita para continuar con la Ceremonia del Cirio en un ambiente de respeto y hermandad.
El presbítero Freddy Alberto López Hernández, párroco de la Señora de La Asunción, colocó a la alcaldesa municipal la medalla tallada en madera con la imagen de la Virgen de La Asunción y en el adverso el escudo de Ocotal. En tanto que la alcaldesa de la ciudad, Xiomara Tercero, hizo entrega del Cirio mariano al párroco Freddy López, como una ofrenda a la Virgen y símbolo de luz, verdad, sinceridad y respeto.
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"Una vez más el pueblo expresando su fervor a la Virgen y demostrando que nuestra tradición, a través de muchos años, sigue viva en muchos corazones y por eso el desborde en esta celebración mariana", dijo el padre Freddy López.
El párroco resaltó las buenas relaciones con el gobierno local durante la festividad, "esto indica la voluntad que hay de trabajar unidos por una sociedad más justa, en donde la Virgen Santísima nos ayude a cuidar, defender y promover los valores católicos en las familias."
Por su parte, la alcaldesa Xiomara Tercero dijo que junto a las familias celebran con corazón abierto para crear más sentimiento espiritual y sobre todo inculcar esos valores cristianos, socialistas y solidarios en el pueblo de Ocotal. "Para el gobierno municipal es un orgullo saber que detrás de la Virgen van muchos creciendo en fe y unidad erradicando la envidia, el odio y la soberbia, eso es lo que nos regocija y nos llena de paz y seguridad", enfatizó.
En la fiesta a la Virgen de La Asunción los fieles celebran los misterios de su vida, se armoniza la grandeza y la pobreza, las riquezas de Dios y la sencillez de su esclava, el silencio y la palabra.
