Miles acompañan al padre Peguero en su última morada

El sacerdote Juan Bautista Peguero de La Rosa, fue acompañado por el pueblo de Villanueva hasta su última morada. Llevaba consigo sus únicas pertenencias, un par de sandalias que utilizaba para misionar, el sombrero que le cubría de la inclemencia del sol cuando salía a predicar  y su habitó sacerdotal.

Monseñor Bosco Vivas Róbelo, Obispo de la Diócesis de León, enfatizo que la diócesis pierde a uno de los sacerdotes más virtuosos que ha ejercido su ministerio en esta iglesia, “Dios ha querido llevarse, en estos días en que estamos celebrando la solemnidad de la asunción de Maria al Padre Juan Bautista Peguero de La Rosa, a quien veo como un signo de predilección por ser un ciervo fiel de cristo”.

El dominicano Juan Bautista Peguero, nicaragüense de corazón llego al país en 1967, fue ubicado en zonas rurales de Chinandega, guiando en la fe a familias humildes de las parroquias de Posoltega, Chichigalpa, Somotillo, los pueblos del norte y finalmente se quedó en el municipio Villanueva, donde se dedicó a servir en años difíciles llevando la palabra de Dios, consolando al prójimo y acompañando a los niños, jóvenes y adultos en el caminos hacia la conversión.

El religioso deja una iglesia, con bases sólidas logrando crear diez ministerios de servicio en los que participan personas de las diferentes edades y que hoy lloran su partida. 

La misa de cuerpo presente se ofició en la parroquia Inmaculada Concepción, donde solo alcanzo una pequeña parte de la feligresía que llegó de lugares recónditos para acompañarlo hasta su sepultura. Posteriormente en una tarima cargada por más de 20 hombres, el féretro recorrió 18 cuadras, la misma trayectoria del Santo Entierro. 

En las calles del poblado se arreglaron al menos 35 altares marianos, los que  fueron ubicados en las afueras de las casas por orientación del vicario parroquial Daniel Ibarra,  quien aseguro que el padre Peguero, era devoto de Maria Santísima y falleciera en víspera a esta fiesta católica.

Piden canonización de sacerdote Peguero  

Durante el recorrido catos de alabanza a la virgen hicieron eco consolando a los tristes que han perdido a un hombre ejemplar, mientras el sonar fúnebre de las campanas indicaban su partida física de este mundo. En la capilla, a los pies del Santísimo fueron sepultados los restos del sacerdote dominicano mientras el pueblo coreaba Santo, Santo, Santo…como un llamado a la Santa Cede para beatificarlo por los dones de sanidad que le atribuyen. 

Oscar Danilo Lira, habitante de la comunidad el Zapote, llego para despedir a Peguero, quien hace 20 años, le hiciera el llamado a la conversión y desde ese entonces sirve a Dios y a su prójimo, una de las principales lecciones que recibiera del sacerdote, “eso me permitió trabajar a su lado y ser esa semilla que él sembró”, expreso.

Doña Victoria Gúnera, de San Ramón Becerro, recuerda con lágrimas en sus ojos, que en tiempo de gran escases, Peguero le entrego maíz a su padre para que pudiera alimentar a la familia, recuerda que ella solo tenía 8 años, y al cumplir 15 años, ya era catequista y formaba parte del coro. 

Historias similares se escuchan en la comunidad que dan por sentado la calidad humana del Padre Peguero, y el tipo de evangelio que predicaba.  

Las honraras fúnebres fueron acompañadas por más de 3 mil personas, en cuyo corazón quedan hermosos recuerdos de amor y servicio al prójimo.