Desde las ocho de la mañana de este viernes la población de la zona rural y urbana del municipio de San Juan de Limay del departamento de Estelí en el norte de Nicaragua, se disponía a participar del ejercicio multiamenazas que por primera vez desarrollan de manera individuales en este municipio, uno de los más distantes del departamento también llamado “El Diamante de Las Segovias”.
Treinta y ocho (38) comunidades y nueve (9) barrios fueron los participantes de este evento que prepara a las familias para atender cualquier eventualidad que se pudiera presentar debido a la naturaleza.
Más de 4 mil personas fueron las que se involucraron en este ejercicio que además estaba siendo coordinado por las autoridades locales encabezadas por la profesora Flora María Mendoza, alcaldesa de San Juan de Limay.
Instituciones cómo Cruz Roja Nicaragüense, miembros de la Dirección General de Bomberos y del Benemerito, miembros de la Defensa Civil, Policía Nacional y la Brigada Municipal de Atención a Respuestas de la localidad quienes en tiempo récord atendieron las emergencias que se simularon como incendios, inundaciones, accidentes de tránsito, deslaves y rescates.
La participación de la población en conjunto con las instituciones antes mencionadas permite una buena coordinación, simulando tragedias que en cualquier momento pueden ocurrir, todas las simulaciones se realizaron en perfecto control.
Igualmente al simulacro se sumaron empresas privadas, iglesia católica y evangélica.
El municipio San Juan de Limay cuenta con varias fallas sísmicas por lo que es vulnerable a desastres, además es propenso en tiempos de invierno a inundaciones dada la cercanía con el río Wililika por lo que es a esto que le prestan mayor atención. Ademas se suma la distancia de muchas comunidades y el difícil acceso según lo manifestó la alcaldesa de este municipio.
La juventud sandinista junto a los secretarios políticos fueron Los que desde horas tempranas llegaron a estas comunidades más alejadas para hacer posible este ejercicio que prepara a la población para atender cualquier emergencia que se pudiera presentar al momento de un evento real.