Un cuatro de mayo del año 2004, un atentado contra la estación de policía de Bluefields en el Caribe Sur de Nicaragua fue perpetrado con saña.
Este día se cumple un aniversario más de la masacre de los oficiales de la Policía Nacional: Juan José Fúnez, Ruth González, Johnny Dometz y Róger Villachica, quienes fueron asesinados a puñaladas por supuestos sicarios colombianos en la jefatura policial de Bluefields.
Por este caso fueron enjuiciados y condenados el ex agente antidroga Delvin Jirón, por colaboración necesaria, así como el colombiano Luis Alfonso Pineda Cadavid, señalado como coautor de la masacre.
Este atentado mortal aún no ha sido superado por los compañeros de trabajo de los oficiales asesinados ese fatídico 4 de mayo.
Por su parte Pineda Cadavid y Delvin Jirón siempre han mantenido su postura de inocencia y niegan haber participado en la masacre.
El primero dice que vino a Nicaragua buscando mejores oportunidades, pero la Policía encontró su huella dactilar en una botella de refresco en el lugar.
Mientras que Delvin Jirón fue reconocido en el lugar de la masacre por Estela Valderrama, única sobreviviente del hecho. Dice que no tuvo nada que ver y que ahora que se encuentra cumpliendo una larga condena en las celdas del sistema penitenciario de Bluefields se dedica exclusivamente a las cosas de Dios.
Cómo sucedieron los hechos
La principal hipótesis de las autoridades indica que los cuatro agentes fueron mandados a asesinar por encargo de carteles de la droga colombianos.
Los delincuentes vinculados al narcotráfico tras reducir a los agentes policiales les amarraron de manos y pies, posteriormente los degollaron dejando una estela de sangre y dolor dentro de las filas policiales. La teniente Ana Estela Valderrama tras poner resistencia fue herida de gravedad y logró escaparse por una ventana para salvar su vida.
Los compañeros de la policía salieron el tres de mayo de sus hogares y nunca más regresaron a casa, dejando un gran vacío en los corazones de sus familias.
Condena a los involucrados en el hecho
Luego de diez años de permanecer prófugo de la justicia nicaragüense, uno de los que era señalado de participar en la masacre, Miguel Ángel Reñazco Padilla, presunto autor del asesinato atroz, fue capturado. Reñazco fue entregado por las autoridades policiales de Costa Rica, país donde aparentemente se mantuvo prófugo tras cometer el brutal crimen.
Reñazco ingresó por el puesto fronterizo de Peñas Blancas a eso de las 9 de la mañana, donde fue entregado a jefes policiales de la Dirección de Auxilio Judicial y trasladado a la capital a través de un dispositivo fuertemente custodiado por agentes de la Dirección de Operaciones Especiales (DOE).
En la vivienda de Reñazco Padilla fue encontrado un fusil AK que fue sustraído por los delincuentes del puesto policial.
Padilla fue detenido en la localidad de Pocora, jurisdicción de la ciudad de Puerto Limón, ubicada en el Caribe. “La prueba fundamental es que una vez que fue allanada su vivienda con la orden del juez, encontramos ahí el fusil que fue sustraído del puesto de mando donde fueron asesinados atrozmente nuestros cuatro hermanos de Bluefields”, dijo Aminta Granera, jefa de la Policía Nacional, visiblemente consternada en una conferencia de prensa brindada hace tiempo a medios nacionales.
Este hombre acusado de cooperador necesario, fue declarado culpable el 27 de julio del año 2014.
De los seis presuntos autores de este crimen, solamente Wilson y Jirón cumplen condena de 30 años de cárcel. Un jurado de conciencia declaró no culpable a otros tres señalados.
Hoy se cumplen 13 años y el dolor sigue siendo el mismo, entre familiares, amigos, compañeros de trabajo y pueblo de Bluefields. Que en Paz descansen.